Mensaje de cercanía y cariño
El obispo también es de la Deportiva
Jesús Fernández rezó ayer ante la Virgen de la Encina como gesto hacia la mayor comunidad de la diócesis en su primera salida de Astorga, una visita en la que tampoco faltó hablar de fútbol
Era un trago que tenía que pasar antes o después y el nuevo obispo de Astorga, declarado seguidor culturalista, no quiso esperar ni un día para visitar, como gesto hacia el Bierzo —la zona más poblada de su nueva diócesis—, Ponferrada y la Encina. Era un trago, metafóricamente hablando, para un sacerdote que fue el cura y hasta portero de la Leonesa y que ayer llegaba a la capital berciana con la Ponferradina salvada del descenso. Jesús Fernández, a preguntas de los periodistas, recogió el guante con diplomacia vaticana y un poco de ironía para decir que se alegraba de que siguiera en Segunda División A. «Soy también de la Ponferradina, porque quiero el bien de la gente de mi diócesis», aclaró.
Más allá de la anécdota, el nuevo prelado asturiciense recibió ayer el cariño del Bierzo en una ceremonia oficiada por siete sacerdotes donde se cumplieron a rajatabla las nuevas obligaciones de mascarilla y distanciamiento. Antes, el nuevo obispo recibió el saludo del alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, quien le agradeció el gesto de elegir la ciudad templaria para su primera salida de Astorga, en un breve acto en el que también estuvieron presentes representantes de todo el arco municipal, de las cofradías de la ciudad y de las principales instituciones y Cuerpos de Seguridad en la comarca.
El nuevo obispo de Astorga, en su saludo a las primeras autoridades de la comarca, a la entrada de la basílica de la Encina. ANA F. BARREDO
Jesús Fernández explicó que su visita al Bierzo respondía a su deseo de lanzar un mensaje de «cercanía y cariño», más en estos momentos complejos por la crisis del Covid-19. Sobre la Iglesia en la comarca, reconoció los problemas en muchas pequeñas parroquias por la falta de sacerdotes y el papel que, en su opinión, deben tener los laicos para mitigar esa falta de vocaciones. Y también lanzó una pregunta: «¿Quién va a cuidar del patrimonio si se cierran las iglesias de los pequeños pueblos?». Capítulo aparte fue una pregunta sobre los abusos que Jesús Fernández respondió con una petición para que cualquier caso se trate con respeto por todas las partes.
En la misa, Antolín de Cela agradeció el gesto del obispo de tener en el Bierzo su primer acto.
La visita se completó con una parada en el hogar de San Genadio.