El valor del Ponfeblino languidece en vía muerta sin solución

A la vista de todos está sin que nadie, hasta ahora, le haya puesto remedio. Es como si se hubiera producido una guerra, todo quedase abandonado y los mentores de ese histórico patrimonio industrial hubieran desaparecido sin dejar rastro. Las estaciones del ferrocarril carbonero de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) están hoy carcomidas por el paso del tiempo, el vandalismo y la falta de una intervención decidida. Todo enrevesado por la complejidad administrativa tras la quiebra del sector minero y el retorno de este patrimonio a la titularidad pública.

Cualquiera que se acerque a las estaciones de la MSP de Cubillos del Sil o de Palacios del Sil podrá comprobar sin remedio la decadencia de un mobiliario, maquinaria y arquitectura industrial que marcó la economía de las comarcas leonesas del Bierzo y Laciana a través del encajonado valle del río Sil.

La maleza se ha apoderado de las vías y los vagones de tren. M.F.

El vandalismo se ha unido a la dejadez del material abandonado. M.F .

El año pasado se cumplía un siglo desde que en 1919 fuera construida esta línea explotada por la MSP (por cierto, afectada en aquellos tiempos por la pandemia de la gripe, que según los historiadores diezmó de 4.800 a 1.200 los trabajadores disponibles) y, aunque el coronavirus hoy se lleva parte de la culpa del retraso en una serie de nuevas actuaciones para su recuperación, lo cierto es que se mantiene en gran medida estancado. Con todo, entidades como el Consorcio del Ponfeblino, la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana y también la empresa ARMF Mantenimiento y Proyectos Ferroviarios han logrado avances y siguen empeñados en sacar adelante el proyecto de recuperación turística de este histórico ferrocarril. Un ferrocarril con museo propio en Ponferrada, hecho en tiempos de Ismael Álvarez al frente de la Alcaldía, inaugurado en 1999 con proyecto museológico del actual director de la biblioteca, Jesús Álvarez Courel.

Ahora mismo, tras los problemas que desencadenó el cierre de las minas, centrales térmicas y quiebra de empresas, la Junta de Castilla y León trabaja en el registro a su nombre del resto de las propiedades del ferrocarril que pertenecían a concesión privada minera. Una vez finalizado este farragoso trámite, si no hay acuerdos diferentes, lo siguiente será acometer algo parecido a lo hecho con las instalaciones de Villablino. Allí el Consorcio del Ponfeblino que dirige Alicia García recibía a su nombre en diciembre de 2019 más de 16.000 metros cuadrados, donde se ubica la estación de Llamas de Laciana y los almacenes que guardan tres locomotoras diesel. A mediados de este pasado verano se confeccionaban los pliegos para licitar la gestión de estas instalaciones.

Maquinaria para control ferroviario abandonada en la estación de Palacios del Sil. M.F.

Aspecto que presenta uno de los bancos en el andén frente a las vías en Cubillos. M.F.

Además, a principios de este año, —a finales de febrero, antes del histórico confinamiento de marzo— se ponía en circulación después de siete años sin uso una de las locomotoras diesel (la Macosa 1004), que hizo el recorrido de 14 kilómetros desde Villablino hasta Palacios del Sil. Este viaje permitió testar el estado de la vía.

Desde la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, en la que están personas defensoras de este patrimonio como Daniel Pérez Lanuza, también se hizo un recorrido a pie para conocer de primera mano el estado de esta vía de ferrocarril. Fue después de que se conociera que los ladrones se habían llevado parte de las vías en un tramo concreto. Al testar la vía estrecha comprobaron que, salvo la parte afectada, los once kilómetros de vía recorrida presentaban buen estado.