«Tenemos la posibilidad de construir la sede en cualquier terreno o rehabilitar un edificio»
El nuevo convenio de colaboración recoge el compromiso de la Junta de Castilla y León de respaldar al Consejo Comarcal en la construcción de una sede propia y lo hace, además, con una novedad importante. Dicho apoyo no queda supeditado a la cesión de un terreno en la parcela del antiguo Carrefour por parte del Ayuntamiento de Ponferrada, sino que la ubicación puede ser otra, incluido un edificio ya construido que pueda ser rehabilitado. «Ahora tenemos la posibilidad de que, incluso, si un particular tiene un terreno y se lo quieres ceder al Consejo Comarcal o vender a un precio que sea razonable, la Junta se implicará en la elaboración del proyecto técnico para que la nueva sede sea una realidad», aseguró el presidente de la institución berciana, Gerardo Álvarez Courel, que también da por zanjado el traslado al edificio de la que fue sede central de la Fundación Ciudad de la Energía, en Compostilla.
«Si la Junta de Castilla y León se implica, está claro que el edificio de la Ciuden pasaría a ser algo temporal y tampoco sería bueno que nos metiéramos en un edificio para, en cuatro o cinco años, trasladarnos a otro sitio. Teniendo en cuenta el compromiso, ahora ya sí firmado, por parte de la Junta, yo creo que es posible que podamos prescindir de la opción de la Ciuden, aguantar un poco más en el emplazamiento en el que estamos y tratar de buscar un emplazamiento para hacer un edificio nuevo o, llegado el caso, rehabilitar uno existente. Eso sí, en este supuesto sería un edificio singular», apuntó el presidente del Consejo.
Álvarez Courel garantizó que no hay nada mirado como posible sede e insistió en que la actual, en el Edificio Minero, no es indigna pero sí tiene grandes limitaciones que la situación generada por la pandemia ha puesto todavía más en evidencia. «Tenemos que mirar algo porque, después de 29 años, el Consejo Comarcal tiene que tener una sede digna. No digo que el edificio actual sea indigno ni mucho menos pero es verdad que, sobre todo en la planta de arriba, tenemos problemas de accesibilidad. Ahora con el coronavirus, también hemos visto las limitaciones que tenemos en todos los ámbitos. No hay privacidad. De hecho, yo he tenido que dejar varias veces mi despacho para que atiendan a personas del Servicio de Menores Infractores y para la atención a familias desestructuradas», aseguró el presidente del Consejo.