Desguace de mastodontes en la Gran Corta de Fabero

Son como casas con brazos.Trabajaron como hormigas mecánicas arrancando carbón en la Gran Corta de Fabero, la que en su día fue la mayor mina del Bierzo a cielo abierto, con 700 hectáreas. La maquinaria utilizada fue la infantería pesada que desmontaba a plena luz del día los largos filones de antracita para alimentar las calderas y chimeneas de las centrales térmicas de Cubillos y Anllares. Hoy, toda esta herramienta mastodóntica reposa desguazada a la intemperie en una gran explanada con vistas a la sierra de los Ancares, en un balcón desde el que se ve la cicatriz del pasado industrial de la cuenca minera de Fabero.

Proscrito el carbón por razones ambientales, estas palas gigantes, retroexcavadoras y camiones dumpers han dejado aquí de ser útiles. Desde hace meses, un ejército de mecánicos han convertido en piezas y chatarra de primera calidad toda esta costosa maquinaria que pertenecía a Unión Minera del Norte (Uminsa), y de la que ahora se encarga otra empresa que lleva todo el mantenimiento y reparación.

Según cuenta la alcaldesa de Fabero, Mari Paz Martínez, una gran parte de estos mastodontes mecánicos está siendo desmontado y trasladado hacia puertos españoles próximos, como los gallegos de Vigo o La Coruña, así como el de Santander, desde donde parten en piezas para luego ser montados y utilizados en otras canteras y explotaciones de exterior, en diferentes países de Sudamérica, Reino Unido o Irlanda.

«Esa zona de la Gran Corta donde está ahora la maquinaria está alquilada por la anterior propiedad y van a seguir con ella, porque podría ser el lugar donde se concentre la maquinaria para repararla toda. Las naves se seguirán utilizando para la reparación de la maquinaria de todos los países en los que están trabajando, porque a veces llevan piezas para otros sitios donde tienen las minas o están trabajando en otras obras. Y también las traen aquí para reparar», remarca la alcaldesa. La empresa matriz que se encarga de la maquinaria seguiría en Fabero.

Piezas de palas mecánicas apiladas en orden. M.F.

Vista del amplio desguace de máquinas en la explanada. M.F.

Vista parcial de la explotación minera de la Gran Corta. M.F.

Así, las retroexcavadoras que en su día cargaban «de un cazado» el volquete de un enorme dúmper con carbón de la Gran Corta de Fabero, podrá hacer lo propio en países donde ya operan otras sociedades, como es el caso de Bolivia o Chile.

Se da la circunstancia que esta parte donde se encuentra la maquinaria no entrará a formar parte del programa de restauración de la mina a cielo abierto de la Gran Corta. «Esa zona está alquilada, tiene un permiso de ocupación que están pagando; se encuentra en la Gran Corta, pero está urbanizado y, que yo sepa, ahí no se va a tocar», explica la alcaldesa. Sea como fuere, en un rápido golpe de vista sobre la gran explanada, llama la atención el gran despliegue de maquinaria desmontada por toneladas de piezas, alienadas en un perfecto orden para luego ser de nuevo ensambladas. Con esta vista panorámica, a nadie se le escapa que está cayendo otro de los símbolos mineros del Bierzo.