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León

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Bueno pues... Eso diría un venezolano y eso tenemos que admitir nosotros después de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León nos hiciese saber la resolución que tomó en el archiconocido asunto de acoso sexual que a lo largo del último año hemos venido padeciendo y que ha convertido a nuestra ciudad en portada estelar de los diferentes medios de comunicación hablados, escritos y visuales. Lo jodido de la extensa información generada es que sea por motivos considerados punibles en el Código Penal y que son consecuencia de que el cerebro, mecanismo inductor del pensamiento, abandona la parte alta de la cabeza y se desplaza (y anida jubilosamente) hacia el centro del cuerpo convirtiéndose en referente controlador del comportamiento olvidando su función primitiva. Bueno pues... sentencia habemus y al igual que la salud y el estado físico del Sumo Pontífice, es bien chunga. Es decir, tenemos condena porque los jueces han encontrado delito en las acciones juzgadas pero la pena impuesta no es muy entendible y por tanto susceptible de ser criticada y debatida. Si estuviese en la piel del condenado me sentiría, relativamente, contenta. Castigo benévolo y hasta ridículo, eso sí con el estigma perenne de acosador clavado en la frente. Moralmente marcado. Si estuviese en la piel de la acosada me sentiría contenta por la condena pero insatisfecha y frustrada porque la penitencia impuesta no ha tenido en cuenta el calvario sufrido durante muchos meses y las secuelas físicas y psíquicas que me acompañarán per saecula saeculorum. Tanta valentía, plagada de amargura, para que el señor se vaya casi de rositas. Eso si con la complacencia de mostrar que el pedestal tenía pies de barro y asumiendo la responsabilidad de ponerle el cascabel al gato. Al no ser firme la sentencia nos queda todavía una larga espera. Una obsesión me ronda y me obliga a formular una pregunta ¿tiene el PP militantes femeninas en Ponferrada, el Bierzo, la provincia y la comunidad?. Las únicas mujeres militantes que han aparecido públicamente son las que el abogado de la defensa presentó como testigos y, obviamente, tenían muy clara su postura, pero ¿y el resto?. Presumo que vamos a quedarnos con las ganas de conocer lo que en las esferas internas es algo más que un cotilleo. ¿Cómo estaba considerada Nevenka Fernández en el PP ponferradino?. ¿Era una arribista prepotente, un reclamo necesario, un atractivo florero electoral o una persona de pensamientos afines a las ideas del partido y con algo nuevo que aportar?. Supongo que detectarían su rechazo a la manipulación y su inteligencia, como después ha quedado demostrado.