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El ex alcalde insiste en que ha sido injustamente condenado en una misiva a la ciudadanía

La última carta de Ismael Álvarez

Publicado por
Redacción - PONFRERRADA.
León

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«Lo que voy a contar entra dentro de la esfera de los privado y mi deseo hubiera sido no tener que haber entrado nunca en ello, pero mi vida privada ha sido aireada en todo lo que se ha querido. Por tanto, lo que sigue tiene la finalidad de poner las cosas en su sitio». Así comienza el ex alcalde el escrito donde relata su versión de todo lo sucedido, el comienzo de su relación con la ex edil de Hacienda y su tormentosa ruptura. «A finales de octubre de 1999, -explica- después de muchas insinuaciones y muestras de cariño de ella hacia mí, se inicia una relación entre los dos. Me dice que no va bien con su novio y que lo va a dejar. Todo va bien hasta Navidades. Sin embargo, en dichas fechas renacen, se reactivan, o simplemente continúan -no lo sé-, las relaciones con su anterior novio, pasando dichas fechas con él y con el lógico sufrimiento para mí. (Por si tuviera poco yo esas Navidades, dicho sea de paso)». El relato cronológico de Álvarez continúa así: «A mediados de enero de 2000 me dice que, por fin, lo tiene perfectamente claro, que ha cortado definitivamente con él y que desea estar conmigo, a lo cual yo accedo. A finales de febrero o principios de marzo, me cuenta que sigue sintiendo algo por él y vuelven a contactar». Álvarez afirma que a la vista de esta situación decide cortar. «Tomo la decisión firme de no continuar la relación. Hablo con ella y se lo expongo, con la lógica precaución de que no afecta a la relación estrictamente profesional. Comprendí que era imposible una relación seria y estable con ella y yo, por otra parte, no pretendía ningún juego. Ella continuó con sus insinuaciones -añade- escenas de celos, etc. Aún así, hasta fin de junio de 2000, yo lo vi todo muy normal. La «historia» había quedado atrás y habíamos conseguido que la relación profesional entre compañeros fuera buena, o al menos yo así lo interpreté, aun siendo consciente de que no es fácil conseguirlo en este tipo de casos». «A continuación -dice Álvarez- suceden los viajes en los que se basa principalmente la querella. Todo los demás han sido cuestiones subjetivas que, de ninguna manera, dicen y demuestran nada. Nos pasamos todo un proceso judicial con discusiones irrelevantes: si yo trataba muy bien a Nevenka en el Ayuntamiento era acoso. Si no la trataba muy bien, le hacía el vacío, la hacía de menos... ¡De locos! Aun en su reciente comparecencia en el juicio oral dijo: No me mira, no me mira. Pero, digo yo, si dice que sufre mi acoso, ¿para qué quiere que la mire?». El ex regidor advierte que lo que cuenta sobre los dos viajes citados ha sido probado, no sólo con pruebas testificales sino también documentales, en la vista oral ante el TSJ de Burgos: «El 28 de junio de 2000 yo estaba en Valladolid en un pleno de las Cortes. Ella concierta una entrevista en aquella ciudad con un Director General de la Junta, y hace que coincida en esa fecha. Me comentó que también se quedaría a dormir en Valladolid y, por lo tanto, mi secretaria reservó dos habitaciones, al igual que ha ocurrido en otros viajes con otro compañero o compañera por razones de trabajo. Yo ya estaba allí desde la mañana. Ella viajó sola en su propio coche por la tarde. Al final no realizó ninguna gestión ante dicho Director General ni ante nadie y se presentó en las Cortes. Ha dicho ella que de allí nos fuimos al hotel, que estuvo once horas soportando una situación infernal y que a las nueve de la mañana se levantó y se fue a Ponferrada en su coche. Es mentira: estuvimos con otros muchos compañeros de Valladolid hasta altas horas de la madrugada celebrando la despedida de soltera de una de ellas. Nos acostamos, cada uno en su habitación y yo me levanté para acudir a las Cortes a las diez de la mañana. Ahora viene el segundo hecho objetivo de la querella: Una semana después de la situación tan infernal que dice que padeció en Valladolid, muestra especial interés en viajar conmigo a Estella (Navarra), a la boda de un hijo de un compañero concejal. Además, no permite que mi secretaria se encargue de reservar hotel (como yo le había pedido), haciéndolo ella misma y solicitando una sola habitación para los dos. Ha dicho ella que al llegar al hotel yo solicité la habitación que había reservada a mi nombre y ella preguntó en ese momento por la suya y le contestaron que no había ninguna más. Es mentira: había una sola habitación, a nombre de ella, para dos personas, que ella misma había reservado (Hemos aportado documentos de la Agencia de Viajes y del propio Hotel que lo demuestran). Insisto de nuevo en que los hechos aquí narrados respecto a estos dos viajes están probados en los autos». Álvarez apunta que, como tercer dato objetivo de la querella, puee añadirse que «una vez analizadas e incluidas en los autos las mutuas llamadas de teléfono que nos realizamos durante la época en que, supuestamente, suceden los hechos, resultó probado que ella me llamó a mí más veces que yo a ella fuera del horario laboral, incluso alguna vez a altas horas de la noche». «En septiembre de 2000 desapareció del Ayuntamiento y, según se ha probado después, inició las visitas a consultas de psicólogos y psiquiatras, algunos de ellos elegidos estratégicamente, con el fin de obtener informes donde apoyar la querella. Cuando consigue que uno de estos escriba en su informe que Nevenka ha sufrido acoso sexual, ella no se cortó en afirmar: «¡Ya lo tengo cogido por los cojones!». Con estos informes médicos y sus inmejorables dotes de actriz tenía ya los mimbres necesarios». Álvarez continúa diciendo en su escrito a los ponferradinos: «De septiembre de 2000 a marzo de 2001 (¡Denuncia después de casi un año!) -advierte Álvarez- contacta con algunas personas que tienen animadversión hacia mí por razones de tipo político. Alcanza un protagonismo especial Doña Rosario Velasco, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento. Se reúne con la querellante (lo cual primeramente negó varias veces y acabó admitiendo más tarde), la pone en contacto con algún psicólogo concreto y determinado, coordina la mayoría de los asuntos, comparece en el juicio como testigo de parte sin tener el más mínimo conocimiento directo de la relación personal entre Nevenka y yo, lidera de forma destacada el asunto en los medios de comunicación, se enfrenta con Apadema cuando esta Asociación de mujeres acosadas decidió retirarse de la acusación por haber perdido la confianza en ella».