Cifras encontradas

La pasada semana se disputaron dos partidos muy, pero que muy interesantes. El primero de ellos era el partido por excelencia, es decir, un partido de fútbol. Se jugaba fuera de nuestras fronteras, en tierras asiáticas y un tanto peculiares. Todos sabemos como acabó la aventura que, por una vez en la vida, nos había hecho creer que estábamos en el buen camino de alcanzar una gesta futbolística, largo tiempo deseada; llegar a la final y entrar en la élite del mundo del balompié. Pero... entre árbitro, hábiles ayudantes de banda dispuestos a frenar las galopadas de los nuestros a golpe de banderín, políticas antideportivas oficiosas vinculadas a poderes económicos y, reconozcámoslo, los malos planteamientos tácticos se encargaron de frustrar nuestras ilusiones. Alguien más que Casillas tenía que sacarnos las castañas del fuego. No fue posible y nos tuvimos que volver, con resignación y resentimiento, para casa. El otro partido, el de la huelga, se había jugado dos días antes. Era un partido muy especial y, por supuesto, mucho más importante para los intereses de los españoles. Nos jugábamos algo más que levantar una copa, aunque fuese de oro y representase el mundo. Esta huelga general la había planteado el Sr. Aznar, presidente del gobierno español, como un partido, o sea, como un toma y daca del que tenía que salir un claro vencedor. No servía el empate, era necesario ganar fuera como fuera y, a ser posible, por goleada. ¡Este hombre tiene cada ocurrencia!. Terminada la jornada de huelga llegó la controversia, que continuó y continúa hasta nuestros días. Exponer tu opinión tiempo después de que los hechos hayan sucedido te permite una objetividad alejada del apasionamiento del momento y por tanto un análisis mas apegado a la realidad. Se entró en una guerra de cifras, tan dispares entre sí, que a mí me daba la sensación que vivía en un país que confundía la seriedad con el cachondeo. No hay mas ciego que el que no quiere ver. Las irrisorias cifras que daba el gobierno no tenían nada que ver con las imágenes que algunas televisiones mostraban en sus pantallas. No hubo huelga total pero si hubo huelga generalizada. Sin ir más lejos, Ponferrada estaba paralizada. Muchos me rebatirán comentando que las empresas cerraron porque los piquetes informativos tenían de informativos lo que yo de Aznar. ¡Pues claro! para eso se forman los piquetes, para disuadir. Siempre hubo, hay y habrá piquetes, en todas las huelgas, las pasadas, la presente y las futuras, ¡no existe la exclusividad contra este gobierno!. También hubo coacciones y amenazas desde las administraciones institucionales y desde el ámbito empresarial. Como siempre.