Una historia con final feliz marcada por la tenacidad de una familia

El pasado 1 de septiembre Aicha Embarek viajó a los campamentos de Tinduf para visitar a sus padres. En principio sería un viaje breve antes de que emprendiese sus estudios universitarios. Pero Aicha no regresó. La enfermedad de su madre y las estrictas costumbres que rigen el estilo de vida saharaui se lo impidieron. Comenzó entonces para su familia española toda una odisea para tratar de convencer a los padres de la joven de la conveniencia de que dejasen a Aicha decider su futuro. A principios del mes de noviembre del 2001, el matrimonio formado por Julia Taladriz y Javier Barrios, comenzó a hacer público el caso de Aicha en los medios de comunicación. Tras el malogrado intento de huida de Aicha a principios de año, se intensificaron las acciónes organizadas por la familia y su perseverancia provocó que creciese el apoyo de ciudadanos e instituciones. Primero recogieron 15.000 firmas en toda España para reclamar el regreso del Aicha; después el propio vicepresidente del Senado, Alfredo Prada, medió ante el Frente Polisario, a lo que siguieron concentraciones, un programa de televisión, una pagina web... Tras meses de constante actividad, la familia española de Aicha ha hecho realidad el sueño de la joven: poder elegir por sí misma su futuro.