La asociación ecologista igualó la oferta de una compañía que pretendía talar un ejemplar en Ancares
Tyto Alba pugna con las madereras para salvar castaños centenarios
El colectivo ecologista berciano Tyto Alba ha impedido la tala de un castaño centenario en la aldea de Porcarizas, en el valle del Burbia, cuyo
La asociación ecologista TyTo Alba ha encontrado la fórmula para salvar de la tala a los numerosos árboles centenarios que pueblan los montes bercianos y que son cada vez más codiciados por los madereros: igualar su oferta. Esto es lo que han conseguido, no sin esfuerzo, para que un castaño ubicado en la aldea de Porcarizas, en el valle del Burbia, permanezca en el lugar donde fue plantado hace más de 500 años. Los ecologistas igualaron el precio que una empresa maderera había ofrecido al propietario del árbol y que ascendía a 1.200 euros (200.000 pesetas). De esta forma, el dueño de este auténtico prodigio de longevidad no deja de ganar dinero por un castaño que ya había dejado de producir fruto y los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de un ejemplar que para Tyto Alba forma parte «del patrimonio natural y turístico de la comarca». El destino final de este longevo ejemplar no iba a ser el de elaborar un mueble de madera noble, sino que sería utilizado por el sector del automóvil. A pesar del enorme tamaño de estos árboles, su valor maderero es escaso. El interés se centra en las verrugas de estos árboles, unas protuberancias de las que se extrae una fina lámina que después la industria del automóvil emplea para embellecer los salpicaderos de lo coches de lujo. El resto de la madera se desperdicia, debido a que su valor es escaso. Los ecologistas de Tyto Alba llevan tiempo siguiendo la pista a las empresas madereras, que cada vez están más interesadas por la compra de árboles centenarios. Según Toño Nespral, socio del colectivo, estas compañías poseen red de informantes en todo el Bierzo que se ocupan de sondear la comarca en busca de este tipo de ejemplares. La industria maderera ha puesto sus ojos en localidades como Aira da Pedra o Pobladura de Somoza dónde abundan este tipo de ejemplares, o en Villar de Acero, localidad en la que se encuentra el castaño más grandes de Europa, con una edad podría superar el milenio, y que por fortuna todavía está a salvo. Tyto Alba demanda de las administraciones una normativa específica que se ocupe de salvaguardar y subvencionar la conservación de este tipo de ejemplares de escaso valor económico pero de gran importancia ecológica. En este sentido, Toño Nespral animó a los ayuntamientos bercianos a que sigan el ejemplo del de Ponferrada que ha prometido actuaciones en defensa de estos árboles.