MEPIROLAUNI Jorge Villa
Jardiel Poncela
Este año se ha celebrado con grandes fastos cerca de aquí, como el centenario de Gaudí, y sin embargo se han olvidado de conmemorar el centenario del nacimiento y el medio siglo de inexistencia de una personalidad genial y muy del nuevo milenio que vivimos (absoluto perdedor, arruinado juncal, inteligente pícaro deudor, padre soltero de una niña con madre desconocida). A pesar de su obra, de ser un adelantado de su tiempo y, para mí, el creador del auténtico teatro surrealista, copiado una y mil veces por el famosísimo Ionesco (de este último seguro que nos acordaremos en su momento; porque es francés y nuestras instituciones nacionales y regionales, que son muy pijas, seguro que algo le hacen aunque no soporten, por coñazo, sus piezas), nadie se ha molestado en homenajearle. Me estoy refiriendo a Don Enrique Jardiel Poncela, un destacadísimo miembro de la mal llamada otra generación del 27 y todo un maestro de la escena. A pesar de su importancia, de su sentido del humor y de su manera de comprender la vida, no he visto a mi alrededor, ni cerca ni lejos, homenaje alguno a su persona ni reposición de sus obras (pusieron una en el María Guerero y no como homenaje). Cierto es que su relación con la provincia de León carece de la cercanía que parte de la obra del genial arquitecto catalán tuvo por estos lares. Sin embargo me cuesta creer que no exista en toda la provincia de Léon, en toda la zona de El Bierzo, un grupo de teatro, profesional o de aficionados, de la escuela de arte dramático o de los institutos, que no se haya propuesto homenajearle interpretando alguna de sus piezas. Uno, que llegó hasta Ponferrada a estudiar y vive y disfruta en esta tierra, flipa con lo moderez de la zona, con los maravillosos parajes de sus alrededores, con la marcha copil y musical de sus locales, con sus constantes ofertas en todos los ámbitos (aunque la programación de sus cines..., bueno), con sus conciertos, con el pedazo de Teatro (el Bergidum) que tiene y su programación. Pero qué pena. Nos ha faltado ese toque de distinción, ese prurito que nos hubiese desmarcado del resto del país, por lo intelectual. La simple programación de "Angelina o el honor de un brigadier", "Eloisa está debajo de un almendro"...Toda España es culpable de tan lamentable y desuidado olvido. En Ponferrada el homenaje podría haber salido de los universitarios del Campus, siempre dispuestos a celebrar un día del árbol, un magosto o una fiesta de enfermería, ingeniería..., pero no un acontecimiento tan imaginativo y original como podría haber sido el día Jardiel Poncela. Todavía queda tiempo y el curso comienza el lunes ¿Algún voluntario?.