Familiares de cuatro paseados de Quilós piden que no se exhume su fosa

Su padre murió en la prisión cántabra de El Dueso. Su tío, cerca de una fuente en San Juan de la Mata, ejecutado sumariamente un 8 de diciembre de 1936 junto con otros tres vecinos de Quilós que compartían sus ideas de izquierdas. Retirado de la mina y antiguo enlace de la guerrilla, Evangelino Pérez ha pedido a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que por esta vez renuncie a exhumar la fosa donde yace su tío Baltasar Fernández Rodríguez junto a Lorenzo Fernández, Baldomero Fernández, «y un chico de 17 años llamado Victoriano, al que acusaron injustamente de haber quemado la iglesia de Quilós en el 34». Evangelino ha escrito unas líneas para asegurar que ninguno de los cuatro enterrados -denunciados por otros tres vecinos que tienen nombres y apellidos- se sentiría cómodo con un oficio religioso. «Parece justo pedir a esta asociación que en casos como éste, considere la voluntad de los familiares sobre todo lo demás. Estas personas no han sido olvidadas y su lucha, sus ideales y pensamientos siguen presentes. Tal vez resulte más justo dejar descansar a los muertos en la tierra por la que lucharon y recordarlos con alguna suerte de monumento, monolito, placa o similar, en el lugar de su inhumación o en el mismo pueblo, indicando quiénes eran y porqué murieron», escribe en la nota dirigida a este periódico para su publicación un hombre que se reconoce como colaborador de la guerrilla y que asegura haber organizado la fuga en taxi desde Toral de los Vados de uno de los guerrilleros más buscados por el régimen de Franco: el legendario Abel Ares. El guerrillero logró pasar a Francia en 1948 y tras décadas de exilio regresó a Toral de los Vados en 1992 para morir en su cama seis años después. «Yo le conseguí el taxi de Bilbao», afirma Evangelino después de comentar a este periódico su desencanto con las historias que publican ahora personajes que presumen de su condición de guerrilleros. Evangelino Fernández ya ha recibido garantías desde la ARMH, que este verano ha exhumado media docena de fosas, de no cavar en el lugar donde yacen los cuatro hombres sin autorización de los familiares. Evangelino no quiere que su postura se interprete como una censura, «sino como una crítica constructiva que ayude a mejorar a ARMH. Su actividad, desgraciadamente, toca muchas sensibilidades, sobre todo las de los familiares», escribe.