Nuevos tiempos
Fabero recupera vida en 3 pueblos abriendo bar en sus viejas escuelas
El Ayuntamiento rehabilitó un local en Otero de Naraguantes y ultima en Bárcena y Fontoria
Son los nuevos tiempos, que obligan a los ayuntamientos a reinventarse para evitar la muerte de sus pueblos. Cerradas la práctica totalidad de las escuelas de aldeas y emigrados los jóvenes, aquellos edificios públicos languidecieron o se convirtieron en pura ruina. Hoy, las paredes de las viejas escuelas vuelven a revivir y lo hacen de otra manera, con la filosofía de servir de refugio social para que puedan socializar los que han resistido viviendo en el pueblo.
El Ayuntamiento de Fabero ha puesto en marcha una iniciativa que está dando muy buenos resultados. Tras comprobar que después del cierre de las escuelas está llegando desde hace tiempo el cierre de los bares, privando así a los vecinos de los pueblos de un lugar para compartir café o cerveza y —lo más importantes— poder charlar y verse un rato, han decidido restaurar las viejas escuelas y convertirlas en bar.
Pedro Monasterio, concejal del equipo de gobierno que dirige en Fabero la alcaldesa Mari Paz Martínez, explica que se dieron cuenta que había que hacer algo para evitar, no sólo que los pueblos del municipio vayan a menos, sino que era necesario favorecer las circunstancias para que alguien abriese un local de encuentro donde se pudiera reunir a diario la gente. Fue así como ya consiguieron rehabilitar las viejas escuelas de Otero de Naraguantes y convertirla en bar. Lo mismo que harán en el pueblo de Bárcena de la Abadía, donde como se recordará, en enero de 2019 cerraba el único establecimiento que regentaba una mujer que lo dejaba con 104 años, Ascensión Ramón Gómez. Y además, de Otero y Bárcena, tienen en curso otro proyecto para la localidad de Fontoria.
Otero de Naraguantes
En Otero de Naraguantes se convirtió en bar la vieja escuela con una inversión municipal de poco menos de 20.000 euros, utilizando mano de obra de personal del Ayuntamiento. Terminadas las obras, sacaron a concurso el pliego de condiciones y se concedió el servicio de bar a una mujer joven nativa del pueblo que residía en Gijón. Las cosas van bien porque se han creado dos puestos de trabajo y los habitantes de Otero están encantados porque conservan un lugar como válvula de escape de la rutina diaria. «No es un negocio para hacerse rico, pero sí para vivir», resume Pedro Monasterio.
Desde el Ayuntamiento cobran una cifra poco menos que simbólica por el servicio, ya que estiman que es muy necesario el bien que hace para los vecinos disponer de un local de encuentro donde pasar el rato.
Después de los buenos resultados obtenidos en Otero, desde el Ayuntamiento de Fabero esperan en el plazo de un mes abrir como bar las viejas escuelas de Bárcena de la Abadía.
Bar de Otero abierto y ya funcionando. DL
La apertura de las viejas escuelas creó dos empleos. DL
En Bárcena de la Abadía
En la actualidad ya han terminado las obras de restauración del edificio y sólo están a la espera de que llegue el mobiliario encargado. En principio esperaban abrir para Nochevieja, pero no fue posible. «Quedó muy bien y cumplirá también una función social. Hay gente mayor que nos cuentan que desde que cerró el bar del pueblo pasan meses sin verse y por eso, con la apertura del nuevo bar, los vecinos lo han acogido con esperanza y lo ven bien», remarca Monasterio. En breve sacarán el servicio para su adjudicación y esperan que sea gente joven la que se ponga al frente. El coste de las obras fue más que el de Otero, 30.000 euros, porque lleva restaurante y su adjudicación será igualmente con un precio anual simbólico que puede estar en unos 100 euros.
La escuela de Bárcena de la Abadía tendrá nuevo uso. DL
En Fontoria
El siguiente proyecto que ya están desarrollando es el del centro social y bar del pueblo de Fontoria. Aquí, el bar que había se cerró y también echan de menos sus vecinos poder tomar una cerveza, un café, echar la partida o simplemente charlar en un lugar donde quedar. Las escuelas públicas de Fontoria cerraron hace tres décadas y ahora ese viejo edificio será igualmente reacondicionado como el ejemplo de Otero de Naraguantes y Bárcena de la Abadía. Desde el Ayuntamiento de Fabero animan a las personas que estén interesadas para hacerse cargo de estos establecimientos, que suponen un modo de vida y evitan la muerte de los pueblos. La medida puesta en marcha por Fabero está funcionando y empieza a expandirse el ejemplo. De hecho, a la alcaldesa maria Paz Martínez han llegado ya personas interesadas en conocer los detalles para hacer lo mismo en otros municipios. Se da la circunstancia de que esta medida para evitar que los pueblos pierdan bar está fijando población.
En un mes abrirá este local, a la espera de mobiliario. DL