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La pista berciana del hombre lobo

Los autores del libro definitivo de Manuel Blanco Romasanta creen que si algo falta es justo investigar a la familia asentada en la comarca

Publicado por
León

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La Wikipedia, que justo estos días cumple 20 años de vida, dice de Manuel Blanco Romasanta (Regueiro, Esgos, Orense, 18 de noviembre de 1809-Ceuta, 14 de diciembre de 1863) que fue un psicópata criminal, autor confeso de 13 asesinatos durante el siglo XIX, y «que no fue ejecutado al considerarse el único caso documentado de licantropía clínica (refiriéndose a la enfermedad mental, no al ser mitológico)». «Conocido como El Hombre Lobo de Allariz es considerado como una representación real del Sacamantecas o El hombre del saco», resume en su primer párrafo la enciclopedia global.

A la película financiada por la Diputación de Orense, a principios del año pasado, se suma ahora la reedición por parte de la misma institución del libro que se publicó hace 30 años sobre uno de los personajes más deleznables de la España negra, en una revisión bajo la coordinación del periodista José Domínguez y el profesor Roberto Bustillo. Romasanta. Historia real de una leyenda actualiza con nuevos datos los hechos y el personaje, aunque en el caso concreto de Ponferrada —donde cometió su primer asesinato en 1844— no se ha ahondado más allá de la reseña incluida en la causa general que se siguió en el Juzgado de Allariz, cuando por fin fue juzgado, señala José Domínguez.

«Llegó al sumario de la causa como ‘heredado’ por el propio procedimiento judicial. Y no consta que nunca la Justicia de este lado (se refiere a Galicia) quisiera esclarecer el asunto proveniente de León. Hay que tener en cuenta que entonces Galicia y León eran reinos y era preciso moverse por ellos con pasaporte», explica.

Entre la documentación reunida ya en el libro de 1991, y publicada de nuevo en esta revisión figura el visado que Manuel Blanco Romasanta utilizó para huir de Galicia con identidad falsa en 1852, con el objetivo de llegar al Bierzo, «como tenía por costumbre», comenta Domínguez.

La Diputación de Orense ha publicado esta obra que analiza a Romasanta desde diferentes perspectivas: histórica, psiquiátrica, social, etnográfica, judicial y periodística. Y es que, como dijo el presidente de la institución gallega en la presentación, Manuel Baltar, fue «un suceso que fue mucho más allá de un hecho delictivo, convirtiéndose en un fenómeno social en su época».

Manuel Blanco Romasanta fue condenado en rebeldía por el Juzgado de primera instancia de Ponferrada a raíz de la aparición de un hombre muerto en el monte de Tremor de Abajo, Vicente Fernández, el 25 de agosto de 1843, sentencia confirmada posteriormente por la Audiencia de Valladolid en diciembre de 1844. El alguacil de León pretendía cobrarle una deuda por dejar a deber a Miguel Sardo, un comerciante berciano. Romasanta vivía entonces en Pardavé, cerca de Matallana de Torío, donde tenía una tienda.

A partir de ahí, la parte berciana de la historia de Romasanta está por investigar, aclara el propio José Domínguez. Datos hay para asentar esta afirmación, como que en el Bierzo vivieron algunos de sus hermanos. «Al final han pasado tres generaciones, no tantos años», dice este periodista gallego para quien quiera tirar del hilo.

Indicios
En la sentencia de Ponferrada que le condenó por el primer asesinato se habla de sus hermanos

Ni siquiera está claro el asesinato del alguacil a manos de Romasanta. Es más, en la causa que llegó a Allariz declara el propio Sardo, que tenía un almacén en Ponferrada. Y dice: «Que es cierto que Manuel Blanco, vecino de Esgos, era deudor al comercio de la casa de Alonso y Sardo, de la cantidad de seiscientos reales, la cual ha sido satisfecha en estos últimos años y en algunas partidas por los hermanos de Manuel que solían correr aquel país». Otra prueba de que algunos de los Romasanta andaban y vivían en Ponferrada, o en la comarca del Bierzo. Manuel era, por lo que se ve «el más correcaminos de todos», explica Domínguez, «pero ellos no» insiste, por si se puede abrir esa nueva vía de investigación.

En marzo de 1991 la Diputación de Orense publicó O home do unto. Blanco Romasanta, historia real de una leyenda . Aquella publicación de algo más de 140 páginas fue el resultado de cuatro años de investigación de José Domínguez y Lino Blanco en torno a los sucesos del que muchos consideraban el más claro caso de licantropía. Por entonces, la práctica totalidad de los escenarios en los que habían transcurrido los hechos durante la primera mitad del siglo XIX estaban aún inéditos. De la historia poco más había que La Reseña de la Causa que había publicado el letrado de la Defensa de Blanco Romasanta, Rúa Figueroa; la novela El bosque de Ancines , del coruñés Carlos Martínez-Barbeito (y que luego dio origen a la película de Pedro Olea, ‘El bosque del lobo’), y algunas publicaciones en cuadernos, periódicos y revistas.

La publicación de marzo de 1991 de la Diputación sirvió tanto para poner cara a Blanco Romasanta —la del retrato elaborado por Luis García Mañá a partir de los datos obrantes en el sumario de la causa—, como para impulsar numerosos estudios.

Sin embargo, insiste José Domínguez, falta una pieza y no es otra que hallar el sumario de Ponferrada, «que en algún sitio tiene que estar». Extraña no sólo fue la condena, sino el propio encabezamiento de la sentencia. Diez años de presidio con retención, dice, «sin perjuicio de oírle cuando se presentase o fuese habido, y en todas las costas», dice el resumen por escrito que llegó a Allariz.

A Romasanta se le acusó de llevarse con él mediante mentiras y engaños a mujeres y niños para matarlos y sacarles el sebo o unto, y posteriormente venderlo. En su defensa, declaró ser víctima de un sortilegio de una bruja que, según él, le hacía transformase en lobo durante las noches de luna llena. Se le condenó a garrote vil por nueve asesinatos pero Isabel II le conmutó la pena por cadena perpetua. Murió en la cárcel.