El PSOE pregunta al PP por los fondos para el hospital y La Cabrera

El portavoz de la gestora comarcal del PSOE, José Giménez, aventuró que según el borrador de los presupuestos de la Junta, el año que viene será ominoso para el Bierzo en el capítulo de inversiones públicas. Con un timbre ya marcadamente electoral, en vísperas de los comicios del próximo mes de mayo, el PSOE recordó la ausencia de partidas para dos actuaciones de las que el PP ha venido haciendo bandera en los últimos tiempos. De un lado, Giménez aludió a las promesas del propio presidente Herrera en el sentido de mejorar las vías de comunicación en las zonas pizarreras. Y de otra parte se refirió asimismo al negro panorama que se presenta para financiar a corto plazo la potenciación de las instalaciones del Hospital del Bierzo, en Fuentesnuevas. «¿Dónde está recogido en los presupuestos del 2003 el compromiso de los responsables populares en el Bierzo para poner en marcha antes de mayo de 2003 un nuevo módulo en el hospital?», se interrogó en voz alta el presidente de la gestora comarcal del PSOE. «¿Acaso lo que habían prometido era un nuevo espacio para el archivo de los historiales médicos? No -se contestó él mismo en tono sarcástico-, a no ser que la política sanitaria del PP sea la de pasar consulta a pacientes y realizar ingresos en los archivos de historiales». Cuentas a Herrera En esta línea también pidió cuentas directamente a Juan Vicente Herrera por haber «comprometido su palabra con los empresarios pizarreros» para mejorar las carreteras de La Cabrera, y no incluir ahora ninguna intervención en los presupuestos del 2003. El primer partido de la oposición en la comunidad sostiene que si en general los presupuestos son «rácanos y ridículos», en el caso del Bierzo esta tónica alcanza su máxima expresión. Giménez tachó de «sangrante» que los fondos del Plan del Carbón, que debiera equiparar a las cuencas mineras en declive con otras más prósperas, estén sirviendo al Ejecutivo Herrera para ahorrarse inversiones adicionales. Asimismo censuró a la Junta el «amiguismo» político que guía la concesión de cualquier subvención.