Cultura
El Bergidum recupera el latido
El montaje ‘Sueños y visiones de Rodrigo Rato’, que retrata la vida del expolítico, es la apuesta del teatro de Ponferrada para retomar su actividad escénica el próximo viernes día 26
Ingenioso, diferente, agudo, divertidísimo y mordaz. Así ha calificado la crítica la propuesta teatral con la que el Bergidum recupera el pulso tras la última embestida de la pandemia. Se titula Sueños y visiones de Rodrigo Rato y gira en torno a la vida del exbanquero, expolítico y exministro de Economía, desde su infancia hasta su entrada en prisión por el caso Bankia. Levantará el telón el viernes día 26 y, ante las limitaciones horarios vigentes, la hora de inicio está prevista a las 18.00. Eso sí, si se producen cambios antes de la fecha y se llegara a retrasar el toque de queda, la cita podría posponerse hasta las 19.30 horas, según informó ayer la dirección del teatro ponferradino.
Raquel Alarcón ha tomado los mandos de la dirección de un montaje que se apoya en un texto de Roberto Martín Maiztegui y Pablo Remón galardonado con el Premio SGAE de Teatro Jardiel Poncela 2017 para retratar una época de sueños y espejismos, la fiesta de un país que creció disparatadamente y la resaca que llegó después. «Todo eso y más es esta portentosa obra, sencillísima en apariencia y muy compleja en el fondo», ha dicho la crítica.
Dos únicos actores (Juan Ceacero y Javier Lara) se encargan de todo. Interpretan a Rato y al resto de personajes a la vez que narran la historia a veces real, a veces inventada. «Mucho de lo que cuentan es histórico y está documentado. Son hechos reales y las palabra que dicen los personas son textuales. Pero muchas otras no, porque muchas veces los hechos no son suficientes para conocer la verdad». explicó la dirección del Teatro Bergidum.
Así, la obra se queda medio camino entre el documental y la fantasía, entre la verdad de los acontecimientos constatados y la verdad de la ficción, que pocas veces supera a la realidad.
«Espera, espera… Pero ¿no eres Rodrigo Rato?», le pregunta un taxista al hombre algo angustiado que ha entrado en su automóvil y que le pide que le lleve a su domicilio. «Sí, pero ¿quien es Rodrigo Rato?», le contesta el político que acaba de salir de la Audiencia Nacional después de declarar en el juicio de las tarjetas black un día de febrero de 2017. La respuesta a esa pregunta se va desgranando en la función, que recorre la vida de un hombre poderoso y acomodado, marcado por el arresto de su padre y su propia detención. Un hombre que llegó a la cima y tocó fondo con el descalabro de Bankia.
«Rato representa como nadie las dos caras de la moneda de este país: la fiesta y la resaca. Aquí no se juzga a Rodrigo Rato. El teatro, en el que debe de primar la ambigüedad y la complejidad, no es un lugar para juzgar a nadie, ni siquiera a un villano como él. Hemos huido del panfleto para buscar lo que hay de Rodrigo Rato en cada uno de nosotros», ha asegurado uno de los autores del texto, Pablo Remón.
Para él, la obra con la que el Bergidum recupera la oferta escénica es «una especie de caleidoscopio», ya que según la época, Rato «es un personaje distinto, con contradicciones, en el que parece que hay muchos dentro, como un personaje de Shakespeare». «Intentamos rellenar ese puzzle, dejando esos puntos ciegos sin rellenar, pero no pretende ser un relato periodístico», dijo.