Diario de León

El fenómeno meteorológico arrancó de cuajo la noche del pasado martes castaños centenarios y tejados enteros sin que se registrasen víctimas

Un tornado retuerce Anllarinos

Los americanos repartieron ayer a las televisiones de medio mundo algo que han vendido como un Ovni. Per

La fuerza del viento arrancó árboles de cuajo y se llevó por los aires varios tejados

La fuerza del viento arrancó árboles de cuajo y se llevó por los aires varios tejados

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Redacción - ANLLARINOS. M. Félix/M. García
León

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Los vecinos de Anllarinos durmieron a duras penas con el miedo en el alma la noche del pasado martes. En sus relojes marcaban las diez. Un fuerte estruendo, similar al de un terremoto, mezclado con el de una atronadora tormenta, recorrió todo el pueblo. Un viento huracanado llamó a las puertas de esta pequeña población de Páramo del Sil y dibujando sobre el paisaje una zeta «Z», subió, se retorció y bajó por el arroyo llevandose a su paso todo lo que alcanzaba. Leonides Rodríguez, una mujer de 65 años, que en ese momento estaba durmiendo junto a su marido de 76, recién operado, pensó que el mundo se le caída encima. «En la habitación empezaron a caer cascotes del tejado; pensé que esto se acababa; tiemblo nada más recordar lo que ayer vivimos», declaraba aún aterrorizada. El viento «destrozatodo» se prolongó en el valle durante unos interminables diez minutos. Era de noche y la oscuridad ocultaba las dimensiones de lo sucedido. Sin embargo, con la mañana la realidad se confirmaba con tejados llevados en volandas por el aire varios metros de su origen. Allí volaron las pizarras y las maneras a las que estaban clavadas. Los castaños, algunos de importante diámetro y de notable peso, aparecieron tirados en el suelo como marionetas enseñando al viento sus raíces. A Leonides también le derribó el fenómeno meteorológico cuatro chopos que tenía en un prado y que prácticamente ya servían para el aserradero. El alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, nada más enterarse de lo sucedido fue a visitar a los vecinos de Anllarinos y, como ellos, también se quedó impresionado por lo visto. Se dio la circunstancia que aunque Anllarinos es un pequeño pueblo, sólo se vio afectado una parte del mismo, justo la franja por la que viajó el huracán. Ayer, el alcalde adoptaba las primeras medidas para tratar de subsanar los daños. Por fortuna, lo sucedido no causó heridas a ningún vecino, aunque el miedo les siga rondando en el cuerpo.

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