Centro de interpretación
Torre pedirá fondos a la Junta y la Diputación para su museo ferroviario
Antes de aceptar la cesión de la antigua estación que ha solicitado al Adif
El Ayuntamiento de Torre del Bierzo elaborará una memoria económica para solicitar fondos a la Junta de Castilla y León y a la Diputación provincial con los que afrontar la restauración del antiguo edificio de la estación ferroviaria y abrir un centro de interpretación del accidente del tren correo 421 en 1944, que dejó un centenar de muertos y sigue siendo el más grave de la historia del ferrocarril en España. Con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dispuesto a ceder el inmueble sin uso y vallado al pie de las vías del tren, el alcalde de Torre, Gabriel Folgado, tiene claro que el Ayuntamiento esperará a contar con los fondos suficientes con el que acometer la reforma. «No podemos hacernos cargo del edificio sin un presupuesto detrás», manifestó.
Folgado recordó que el Ayuntamiento ya incluyó el pasado año la idea de restaurar el edificio cerrado de la estación en el lista de obras que aspiran a recibir fondos de Transición Justa del Gobierno central. Y ahora, mientras se demora la respuesta, tiene la intención de intención de llamara las puertas de la administración provincial y de la autonómica para no depender solo del Gobierno. «Ya entonces explicamos que abrir un centro de interpretación del accidente de 1944 sería un revulsivo para el municipio.
Y una de las piezas copn las que Folgado y el concejal del equipo de gobierno Melchor Moreno quieren contar es con el sillar numerado del desaparecido túnel número veinte de la línea Palencia-La Coruña, que estaba a pocos metros de la estación, donde ocurrió el accidente. Una pieza que también han solicitado al Adif después de que su última ubicación fuera el exterior de la estación de Renfe en León.
El accidente del tren correo 421, repleto de viajeros que iban de Madrid a Galicia el 3 de enero de 1944 dejó una huella honda en el Bierzo Alto después de que el convoy se precipitara sin frenos por el lazo ferroviario qu desciende el puerto de Manzanal y chocará en la boca del túnel con una máquina de máquina de maniobras. Minutos después, los restos fueron arrollados por otro tren carbonero procedente de Bembibre.
El túnel número veinte, desmantelado a mediados de los años ochenta, se convirtió en una trampa de fuego para quienes sobrevivieron al impacto. El historiador Vicente Fernández, autor del estudio más exhaustivo sobre la catástrofe ha cifrado en cien las víctimas mortales que dejó el suceso