Viticultura
La DO Bierzo es un reducto frente al avance del tornillo de la vid
Un estudio de la ULE revela la resistencia de las variedades de uva de la comarca a la que se ha convertido en una de las plagas más destructivas
Un equipo de investigadores de la Universidad de León (ULE) inició, en 2016, un estudio pionero en España para conocer la evolución y el grado de afectación del insecto Xylotrechus arvicola —también conocido como tornillo de la vid por la forma de sus larvas— en las plantaciones de viñedo de la provincia. Desde entonces, se han muestreado más de 58.000 cepas de las denominaciones de origen Bierzo y León y se ha demostrado que las variedades autóctonas de la comarca berciana (Mencía, Godello, Garnacha Tintorera, Doña Blanca y Palomino) son especialmente resistentes a este insecto, que ocasiona importantes pérdidas económicas a los viticultores. El Bierzo puede ser considerado, por lo tanto, un reducto en el conjunto de Castilla y León ante el ataque de esta plaga. Algo que está determinado por las características de sus variedades y también por las condiciones climáticas.
El profesor de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (Eiaf) y del Máster de Viticultura, Enología y Gestión de Empresas Vitivinícolas del Campus de Ponferrada, Álvaro Rodríguez, es uno de los miembros del Grupo Universitario de Investigación en Ingeniería y Agricultura Sostenible (Guiias) que se encarga del estudio. Solo en el Bierzo, se han muestreado 29.524 cepas en diferentes zonas, viñedos. Un trabajo de campo con conclusiones sorprendentes. «Se observó que el ataque de este insecto solo se producía en aquellas variedades que no son autóctonas (Tempranillo y Cabernet-Sauvignon), mientras que si había alguna cepa afectada en las variedades autóctonas tintas o blancas era de modo testimonial», relató Álvaro Rodríguez.
Tal es así que las cepas de uva Mencía afectadas representan tan solo un 1,65% del total del viñedo analizado, mientras que la afectación es de un cero por ciento en el caso de las cepas de Garnacha Tintorera, Doña Blanco y Palomino. Se eleva un poco en el Godello, donde el porcentaje de viñedos dañados sube hasta el 10%, pero sigue estando todavía lejos de la afectación detectada, por ejemplo, en las variedades Prieto Picudo y Albarín, autóctonas de la DO León. En este caso, el porcentaje de cepas afectadas es de un 22% y un 21%, respectivamente.
Frente a la resistencia demostrada por las variedades propias del Bierzo a un insecto que agujerea la madera, debilitando las cepas y facilitando la entrada y propagación de otras enfermedades, está la vulnerabilidad de las variedades importadas. En este caso, el porcentaje de vides afectadas por el Xylotrechus arvicola supera el 87% del total. «Se comprobó que la introducción de variedades como Tempranillo o Cabernet-Sauvignon disminuía la resistencia al medio y aumentaba el potencial del insecto, traduciéndose en una mayor incidencia. Esto posibilita que la plaga tenga un reservorio de cepas hospedadoras en el Bierzo que permitan hacer daño, en un futuro, a variedades locales a las que aún no ha afectado pero que están sometidas cada vez a un mayor estrés», explicó el profesor del Campus de Ponferrada.
Miembros del Grupo Guiias de la Universidad de León. DL
¿Por qué el Bierzo resiste?
Tres son los motivos fundamentales recogidos en el estudio del Guiias que explican la menor susceptibilidad de las variedades autóctonas de la Denominación de Origen Bierzo: las características de las propias variedades, las condiciones climáticas de la comarca y la existencia de microorganismos con potencial biológico.
«Las cepas de las variedades autóctonas presentan componentes (lignina) que no favorecen la ingesta de la madera por las larvas de este insecto», explicó Álvaro Rodríguez. A ello hay que sumar que los inviernos del Bierzo son más suaves que los del resto de la provincia, lo que condiciona la adaptación de la plaga. «Cuando las larvas se encuentran en el interior de la madera de las cepas necesitan de inviernos con largos períodos de frío y temperaturas bajo cero para poder completar su ciclo biológico», detalló este profesor del Campus de Ponferrada.
El tercer factor favorable a la DO Bierzo es la existencia de un hongo llamado Trichoderma que protege a las plantas frente al ataque de plagas y enfermedades. «Ensayos realizados con este hongo en distintas fases de desarrollo del insecto en laboratorio y viñedos experimentales nos han permitido comprobar que es capaz de realizar un control biológico. Se puede pensar que en los viñedos de los que se habían extraído estos hongos y que no tenía cepas afectadas, se estaría produciendo un control biológico con estos microorganismos de forma natural», apuntó Álvaro Rodríguez.
La búsqueda de soluciones para evitar la propagación de la plaga especialmente mediante control biológico con hongos beneficios que han coevolucionado en diferentes cultivos será, precisamente, el eje fundamental de la tesis doctoral que también investigador del Grupo Guiias y profesor del Máster de Viticultura y Enología del Campus de Ponferrada, Guzmán Carro, defenderá en los próximos meses en la Universidad de León. Y es que la utilización de microorganismo identificados en los viñedos de la DO, así como la eliminación de parte de la madera afectada durante la poda «puede llegar a realizar un control sostenible del insecto sin necesidad de emplear insecticidas de síntesis química»
Riesgos del cambio climático
Que las variedades autóctonas resistentes convivan con otras que han demostrado una debilidad importante frente a esta plaga puede ser un problema a largo plazo. «El cambio climático que nos afecta a nivel global, con aumento de temperaturas y mayores períodos de sequía, está sometiendo a las cepas a un mayor estrés que las hacer más vulnerables frente al ataque de plagas y enfermedades, muchas de las cuales, como el Xylotrechus arvicola , se encuentran muy próximas», apuntó Álvaro Rodríguez.