El canto de los pájaros acompaña desde esta mañana el último adiós a Cristóbal Halffter en su Castillo de Villafranca del Bierzo. Es la música improvisada que suena como despedida en su capilla ardiente, que se ha instalado en una sala recia de la planta baja de uno de los torreones, al que se accede por el jardín, donde empiezan a acumularse las coronas de flores de instituciones como los ayuntamientos de Villafranca y Ponferrada o el Instituto de Estudios Bercianos. Visiblemente emocionado, el alcalde de la 'pequeña Compostela', José Manuel Pereira, ha sido esta mañana uno de los primeros en velar al gran compositor, fallecido ayer, a última hora de la tarde, en su fortaleza de la villa del Burbia, a los 91 años de edad.
"Villafranca ha perdido no sólo a un vecino sino a una persona muy ligada a nuestra villa. Aquí ha creado muchas de sus obras. y siempre que ha podido nos ha ayudado», se ha lamentado. Su último aliento, ha desvelado el regidor villafranquino, fue hace unos días para intentar que Villafranca acoja Las Edades del Hombre en próximas ediciones. «Me preguntó qué podía hacer para que nos hicieran algo más de caso. Siempre decía: qué puedo hacer».
El Ayuntamiento de Villafranca ha decretado tres días de luto oficial y las banderas ya ondean a media asta. El entierro tendrá lugar mañana, a las siete de la tarde, en la Colegiata y posteriormente sus restos mortales serán inhumados en el cementerio viejo junto a los de su mujer, María Manuela Caro y Carvajal, Marita, fallecida hace cinco años. En la misa de funeral, según ha explicado su hijo mayor, Alonso Halffter Caro, sonarán algunas piezas de su obra religiosa.
«El Bierzo acogió a mi padre, y con con mi madre se entregaron a esta tierra. Así nos lo han trasladado y así queremos mantener su nombre, unidos», ha añadido su primogénito esta mañana, en declaraciones a Diario de León.
El Ayuntamiento de Villafranca calificó en un comunicado a Halffter como una figura "imprescindible, inigualable e irrepetible" para los villafranquinos. "Cristóbal fue también una persona muy querida en Villafranca del Bierzo, localidad que escogió para su residencia habitual. Tanto él como su esposa siempre demostraron una profunda implicación en los eventos culturales de la Pequeña Compostela, que ha hecho del arte y la cultura sus señas de identidad. Por este motivo, Halffter fue uno de los primeros galardonados con la Medalla de Oro de la villa, así como protagonista de numerosos homenajes y reconocimientos. Entre otros hitos, destaca la organización de los Cursos de Composición y el patrocinio de los ciclos de música clásica “Música en Villafranca” cada verano", recuerda la nota, donde se recuerda también Villafranca "siente profunda tristeza al mirar hacia su castillo, donde siempre resonarán los ecos de la música y pervivirá una huella imborrable de cultura y sabiduría. Marita y Cristóbal ya no harán sonar los acordes entre los macizos torreones ni volverán a saludar a sus amigos de siempre por las calles llenas de historia y recuerdos. No obstante, su música y su recuerdo permanecen ya en la memoria de la localidad como un legado imborrable que todos los lugareños y amigos valorarán por siempre".
A la puerta del Castillo que ha sido su morada hasta el último día se ha puesto la esquela y algunos vecinos han empezado a pasar por la capilla ardiente en una mañana fresca, algo nublada, en la que Villafranca ha perdido el brillo de sus tejados de pizarra, que hoy están de luto. En el jardín del Castillo, las sillas hoy están vacías, las mismas que acompañaban a los pájaros en las tardes de primavera, cuando Marita conquistó al gran compositor para que hiciera de Villafranca el lugar para crear. Muchas de esas obras llevan la firma de Villafranca, ha recordado esta mañana, orgulloso, su hijo Alonso.