Campus de Ponferrada
La ULE aprueba el reglamento de la Clínica Universitaria de Podología
Estará lista en julio y contará con áreas de Quiropodia, Biomecánica y Cirugía, entre otras
Con la obra arquitectónica terminada y el reglamento de funcionamiento aprobado, a la Clínica Universitaria de Podología del Campus de Ponferrada de la Universidad de León solo le falta la dotación material y el mobiliario para empezar a funcionar. La previsión es que toda la infraestructura sala de rayos, salas de quiropodias, diagnóstico de la marcha, quirófano, etcétera) esté lista en la primera quincena de julio, explicó la vicerrectora del Campus, Pilar Marqués, después de que el último Consejo de Gobierno de ULE haya aprobado el citado reglamento que regulará el funcionamiento de la clínica podológica, sus objetivos y funciones y también su estructura. Respecto a esta, el texto aprobado señala que la clínica estará organizada en cinco unidades de trabajo: Quiropodia, Biomecánica, Cirugía, Servicios Centrales y una quinta en la que se integrarán los servicios de administración y gestión.
La previsión de la Universidad de León es que la clínica empiece a cumplir su función a partir del próximo curso lectivo. La aprobación del reglamento es el último paso administrativo necesario para ello y reconoce a la clínica podológica como una entidad propia al servicio de la Facultad de Ciencias de la Salud del Campus de Ponferrada, pero no exclusivamente. Es decir, aunque dependerá de este departamento, su acción puede extenderse a otros departamentos, centros, institutos de investigación, a otras entidades de la Universidad e, incluso, a entidades externas con las que esté implicada.
Sus funciones
Tendrá entidad propia y aunará labores docentes, de investigación y asistenciales
Entre los objetivos y funciones atribuidos a la clínica universitaria —pionera en el conjunto de España y una apuesta directa del rector de la ULE, Juan Francisco García Marín— el reglamento destaca que ha de «formar a los estudiantes de Podología, tanto de grado como de postgrado, ofreciendo un servicio asistencial de calidad». Para ello, «deberá aunar labores docentes, de investigación y asistenciales; así como mantener la presencia de estudiantes durante sus períodos de apertura, independientemente de los períodos académicos establecidos por la Universidad». Es decir, que su funcionamiento va más allá de los límites temporales impuestos por el curso lectivo. Todo para que los estudiantes del Grado de Podología «alcancen las competencias definidas en su plan estudios mediante la realización de prácticas en podología clínica bajo una adecuada supervisión».
El rector, en el último Consejo de Gobierno de la ULE. ULE
El desarrollo de la investigación y la labor social a través de la prestación asistencial de servicios de atención podológica de calidad son otros de los puntos destacables recogidos en el reglamento de funcionamiento de una clínica podológica que, al igual que la propia titulación, despertó gran recelo entre el colectivo profesional de la comunidad autónoma, que ejerció una fuerte presión para tratar de evitar que el proyecto prosperase y para que la Universidad de León diera marcha atrás con sus pretensiones. Pese a ello, la titulación ha iniciado ya su segundo curso con una buena acogida y la clínica será una realidad en pocos meses.
Abierta
Su actividad no quedará circunscrita solo a Ciencias de la Salud ni al período lectivo
De hecho, el propio documento aprobado por el Consejo de Gobierno de la ULE, bajo la presidencia del rector, apunta que la Clínica Universitaria de Podología de la Universidad de León «mantendrá una relación fluida y constante con el Colegio Oficial de Podólogos de Castilla y León y con el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España, así como con todas aquellas asociaciones nacionales e internacionales relacionadas con su actividad», con quienes prevé promover el establecimiento de acuerdos y convenios.