Historias con historia
La primera vez que se publicó Ponfeblino
El nombre con el que se reivindica ahora que el tren de la MSP vuelve a surcar las vías desde Laciana al Bierzo apareció por primera vez en prensa en septiembre de 1947 como dirección telegráfica de la empresa minera
El Ponfeblino es el sueño de muchos bercianos y lacianiegos, y de todos los aficionados al ferrocarril. Volver a ver surcar por el valle del río Sil a aquel tren minero de la MSP que bajaba el carbón desde Laciana al Bierzo reconvertido en dinamizador turístico de una zona castigada por la reconversión. Un proyecto lleno de potencialidades que muchos siguen sin ver.
¿Y de dónde viene el nombre de Ponfeblino? ¿Desde cuándo se habla del Ponfeblino?
«Es abreviatura de Ponferrada y Villablino, origen y final de la línea ferroviaria de la MSP, y también de sus siglas «P.V.» visibles en las traviesas frontales de las locomotoras. Sin embargo, esta denominación era más habitual entre los aficionados al ferrocarril de todo el mundo, y no tanto entre los empleados, que preferían referirse al tren como «Ferrocarril de laminero», o incluso con la denominación más oficial de «Ferrocarril de Ponferrada a Villablino». Y los usuarios del tren usaban también el «tren correo» o el «mixto», explica Daniel Pérez Lanuza, de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana.
Las hemerotecas son una fuente inacabable y Ponfeblino aparecen hasta en 518 referencias en la de DIARIO DE LEÓN, la última esta semana, en la que el Consorcio ha pedido más implicación de la Junta de Castilla y León antes de ceder las vías para su uso turístico.
La primera vez que apareció publicado Ponfeblino va camino de los 75 años. Fue en el especial del desaparecido diario PROA de las fiestas de la Encina de 1947. Aquel 4 de septiembre la MSP publicó un anuncio en el que, además de destacar sus secciones Minera —con el carbón de hulla, antracita, briqueta y ovoides—, Ferroviaria —con el tren de Ponferrada a Villablino— y Eléctrica —centrales térmicas y suministro de energía, decía— daba cuenta de su domicilio social en Alcalá, 27, en Madrid; sus teléfonos en Ponferrada (el 10 y el 11) y su dirección telegráfica: «Ponfeblino».
Inicios
Ponfeblino comenzó a utilizarse sobre todo por los aficionados al ferrocarril de vapor
Presente y futuro
En los últimos años es el nombre de guerra para reivindicar que es posible reabrir la vía del tren
Un dato curioso al menos para los amantes de la historia del ferrocarril en el Bierzo y Laciana. «Siendo usado más por los aficionados, sería probable que se comenzara a usar con la llegada de los primeros aficionados extranjeros que llegaban en búsqueda de fotos y videos de uno de los últimos ferrocarriles con tracción vapor habitual de la Europa occidental», comenta Daniel Pérez Lanuza sobre los inicios de esa forma de referirse al tren de la MSP. En aquella página del especial de las fiestas de la Encina de Ponferrada del 4 de septiembre de 1947 se anunciaban también el bar del Turco, el hotel Madrid, Casa Radio que vendía máquinas de coser Singer, algún otro almacén de maquinaria industrial y la empresa de espectáculos Adriano Morán, que tenía los teatros Edesa y Principal y el cine Morán. Casablanca fue una de las películas que se programó en aquellas fiestas.
Ponfeblino, pese a su fuerza en la cuenca, no tiene aún una ficha en la Wikipedia, la gran enciclopedia global de Internet. Aparece dentro de la dedicada a la línea Ponferrada-Villablino, en la que se recuerda que «es una línea férrea española de vía métrica y carácter minero-industrial, situada en la provincia de León. El trazado históricamente ha enlazado las comarcas del Bierzo y Laciana a través del valle del río Sil».
En las 518 referencias del DIARIO DE LEÓN donde aparece la palabra Ponfeblino hay de todo. Anuncios, sueños por cumplir, olvidos... Algo que deja una pregunta pendiente: ¿Será algún día realidad? «En cierta manera ya se está comenzando a hacer realidad. Ya hay cosas tangibles», remarca Daniel Pérez Lanuza.
«Hay seis Ayuntamientos, un Consejo Comarcal, una asociación y otros organismos públicos remando en la misma dirección para conseguirlo, aunque los pasos iniciales, los que incluyen todos los trámites administrativos, se han dilatado mucho en el tiempo. Hoy en día el taller de Villablino ya está en uso para proyectos de investigación industrial, se están poniendo en marcha las cuatro locomotoras diésel que quedaban en el ferrocarril, distintos ayuntamientos desbrozan la vía frecuentemente, y se están ultimando los trámites para poder desarrollar el proyecto global turístico que incluya el ferrocarril histórico. Estamos más cerca», concluye Daniel Pérez Lanuza sobre el futuro a medio plazo.