Universidad
Un estudio del Campus valida el sensor de mapeo forestal diseñado por la Nasa
El trabajo de un alumno del Máster de Geoinformática demuestra la eficacia del satélite GEDI
Un proyecto pionero a nivel mundial desarrollado por un alumno del Máster de Geoinformática para la Gestión de Recursos Naturales del Campus de Ponferrada de la Universidad de León (ULE) ha permitido demostrar la eficacia del satélite GEDI desarrollado por la Nasa en la estimación de biomasa forestal en un ecosistema mediterráneo de gran similitud con el del Bierzo (encinares, alcornocales y pinares). Una aplicación muy útil también en la lucha contra el cambio climático, ya que permite estimar la cantidad de carbono acumulado y como varía con el tiempo. La principal aportación de este proyecto, realizado por el alumno Iván Dorado, es que se ha trabajado de manera simultánea con los datos obtenidos mediante el sensor láser de GEDI y los capturados por los sensores LiDAR del Plan Nacional de Ortotografía Aérea (PNOA).
La coincidencia temporal de las mediciones de ambos dispositivos en un territorio concreto —la provincia de Badajoz— es tan inusual como determinante para haber podido validar la tecnología desarrollada por la Nasa para estimar la altura de las copas de los árboles y la biomasa aérea. «Había coincidencia temporal entre las pasadas del láser de GEDI y las del LiDAR del PNOA y, así, podíamos hacer las estimaciones con un sensor y con el otro y compararlas. Sabemos que los datos del PNOA son capaces de proporcionar estimaciones precisas de la biomasa forestal, ya que ha sido demostrado ampliamente en estudios que hemos llevado a cabo con anterioridad en multitiud de ecosistemas forestales en la Península Ibérica», explicó el profesor de la Universidad de León Eduardo González. Y ese cruce de datos de GEDI con un sistema de solvencia demostrada es lo que ha evidenciado que el proyecto de la Nasa «cumple con el objetivo para el que fue diseñado».
Eduardo González y el investigador de la Universidad de Lisboa Juan Guerra son los tutores de Iván Dorado en este Trabajo de Fin de Máster (TFM) que ya ha sido publicado en una revista Remote Sensing , incluida en la base de datos JCR (Journal Citation Report) y, por lo tanto, de gran impacto en la comunidad científica internacional.
Captura de carbono
El trabajo de Iván Dorado es el primero que se publica a nivel mundial del uso de datos del satélite GEDI en ecosistemas mediterráneos y está entre los 20 primeros trabajos sobre esta tecnología puntera y de muy reciente creación. De ahí la necesidad de investigar su grado de eficacia para el fin que fue concebida. «La Nasa tiene interés en ver cómo se comporta el satélite en diferentes ecosistemas para demostrar que funciona. En este sentido, en cuántos más biomas se pruebe, mejor. La idea es que GEDI sea un sensor piloto y, en función de cómo se comporte, ir recalibrándolo para sacar satélites mejores», apuntó el profesor Eduardo González.
La ventaja que el sistema de medición de la Nasa ofrece sobre el del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea es que las pasadas del láser se hacen con una periodicidad muy corta, mientras que el dispositivo del PNOA pasa cada seis años. «Con el LiDAR podemos estimar biomasa en el momento en el que se vuela, pero tenemos problemas de estimación en otros momentos y nos vemos obligados a modelizar lo que han crecido las masas. Es muy complejo, ya que hay masas que desaparecen porque se cortan, se queman o cambian de uso», detalló el profesor de la ULE.
Representación gráfica de las mediciones. DL
Con su colaboración en este proyecto de la Nasa, el Campus de Ponferrada pasa a formar parte de los organismos involucrados en la prueba de un sistema láser pionero a nivel internacional con grandes aplicaciones para determinar la cantidad de biomasa forestal de grandes extensiones. Datos que son útiles tanto a nivel empresarial y económico, por los usos que se le puede dar a esa biomasa, como ecológico y climático. «La cantidad de biomasa acumulada en un sistema forestal está directamente relacionada con la cantidad de carbono que acumula, por lo que la investigación supone un paso crucial hacia la cuantificación eficaz de las reservas de carbono sobre grandes extensiones y, en consecuencia, hacia una mejor planificación de la mitigación del cambio climático global en ambientes mediterráneos», subrayó el autor de este trabajo, el alumnos del Máster de Geoinformática Iván Dorado.
«Lo importante es que se consigue tener estimaciones de carbono acumulado y de cómo este varía con el tiempo. Así, podremos ver si estamos perdiendo carbono acumulado en los bosques o si, al contra lo estamos ganando. Los bosques son grandes sumideros de CO2 atmosférico y eso es beneficioso en la lucha contra el cambio climático», añadió el profesor Eduardo González.