Una manada de vacas asalvajadas intimida a los vecinos de Borrenes

Hace un año que los vecinos de Borrenes y La Chana conviven con una veintena de vacas, ya con crías y algún toro, que campan a sus anchas, sin control y provocan serios destrozos en fincas, huertas y frutales; además de generar una gran inseguridad y miedo entre los vecinos, la mayoría de avanzada edad. La situación es conocida tanto por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, como por la Junta de Castilla y León y la Subdelegación del Gobierno, porque tanto la Junta Vecinal de La Chana como el Ayuntamiento de Borrenes han presentado ya varios escritos y denuncias reclamando ayuda de las administraciones. También han recurrido al Procurador del Común, pero las vacas, divididas en varios grupos, siguen a su libre albedrío, sobre todo por las noches que es cuando suelen acercarse a los pueblos, llegando hasta las puertas de las propias casas, según relatan los vecinos y demuestran las fotografías a las que ha tenido acceso este periódico.

Se conoce al propietario —las vacas tienen crotales— y ha sido identificado ante la Guardia Civil, aseguraron los afectados y el propio alcalde de Borrenes, Eduardo Prada. Pero las soluciones no llegan y la situación es ya «insostenible». El presidente de la Junta Vecinal de La Chana, Javier Fernández, habla de «indefensión» y «abandono» por parte de la administración después de haber presentado escritos dirigidos a la propia Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, a la Delegación Territorial en León y al Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería. «Se pone de manifiesto la indefensión en la que nos encontramos. No solo es padecer esta invasión de vacas descontroladas y asalvajadas que entran en nuestras tierras y nuestras casas, sino la situación de desamparo por parte de aquellos que tienen el deber de garantizar la seguridad de las personas y el cumplimiento de las leyes», recoge uno de los escritos registrado ya el pasado mes de abril para pedir «amparo» al delegado territorial de la Junta.

«Desde hace un año sufrimos una invasión de ganado vacuno procedente de Ferradillo (Priaranza). El propietario se desentiende y las vacas se desplazan sin control y sin que nosotros hayamos autorizado la entrada a nuestras propiedades. Los daños y molestias causados han sido cuantiosos, como consta en las denuncias presentadas ante la Guardia Civil que, en varias ocasiones, ha venido al pueblo y ha constatado el hecho de manera fehaciente», relata la Junta Vecinal de La Chana en un segundo escrito dirigido al jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería. Además de la Guardia Civil, también los veterinarios de la correspondiente unidad de la Junta en Ponferrada están al tanto.

«El Ayuntamiento ha escrito al subdelegado del Gobierno alertando no solo de los perjuicios económicos que está causando esta manada de vacas, asalvajadas porque llevan muchos meses sueltas; sino porque son un problema de seguridad ciudadana», aseguró el alcalde de Borrenes. «Durante el día suelen estar guardadas e, incluso, son difíciles de ver porque se camuflan entre la maleza; pero salen por las noches y te puedes encontrar con alguna cruzando la calle en el pueblo o a la puerta de casa. Un día puede haber un incidente grave», añadió el regidor.

Eduardo Prada tampoco pasó por alto la proximidad del Espacio Cultural de Las Médulas. De hecho, las vacas han sido vistas en varias ocasiones en la carretera que lleva al mirador de Orellán. «Esto es un problema gordo», dijo.

Al ver que, aún conociendo al propietario del ganado, la solución no llega, la Junta Vecinal de La Chana, además de pedir acción, ha solicitado información relativa a «la situación en la que se encuentra la explotación agropecuaria, reseñando si el titular está en la actualidad al frente de la misma, si los datos están actualizados, las características de dicha explotación, si está saneada, las dimensiones y la identificación de las reses».

«Lo que la Guardia Civil nos dice es que ellos no pueden hacer más que denunciar al dueño, pero a nosotros las denuncias no nos solucionan el problema», afirmó el alcalde de Borrenes.

Ni la pedanía de La Chana ni el Ayuntamiento de Borrenes y los propios vecinos están dispuestos a consentir que esta situación se alargue en el tiempo y amenazan con medidas más contundentes. «De no recibir una respuesta rápida y eficaz, emprenderemos las acciones legales que consideremos oportunas. Así mismo, solicitaremos a quien corresponda las indemnizaciones a que hubiera lugar no solo por los daños causados en diversas propiedades, sino por los daños morales ante el miedo y la inseguridad de los vecinos», aseguró el alcalde pedáneo de La Chana. Unos daños de los que la administración se desentiende: «Se trata de una cuestión entre particulares sustanciada ante la jurisdicción civil».

Los vecinos tampoco descartan movilizarse y convocar una protesta ante la sede de la delegación de la Junta de Castilla y León en Ponferrada.