Diario de León

Urbanismo

Camino de obstáculos hacia Columbrianos

Empresarios y vecinos de la zona, incluso peregrinos, se sorprenden y se quejan de las dificultades para transitar a pie por la avenida de Asturias

Un peregrino, ayer con su carrito, obligado a caminar por el asfalto ante las dificultades. L. DE LA MATA

Un peregrino, ayer con su carrito, obligado a caminar por el asfalto ante las dificultades. L. DE LA MATA

Ponferrada

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A las puertas de la ciudad de Ponferrada, nada oculto de las miradas que quieran ver. Caminar por las aceras de la avenida de Asturias se ha convertido en una acción de riesgo. En concreto, en el tramo que va desde la glorieta de entronque hacia el barrio de Compostilla hasta la glorieta de Columbrianos, enmarcado todo también en el Camino de Santiago. Para el que quiera experimentar el peligro sólo tiene que ponerse a caminar por la acera de la derecha o de la izquierda. Da igual. Existen tramos estrechos y con todo tipo de obstáculos que obliga al caminante a echar el pie al asfalto, que usan a cada momento camiones y demás vehículos.

Hay boquetes, pequeños tramos sin rastro de urbanización de baldosas o algo parecido. Aparece incluso material de construcción que el paso del tiempo lo ha triturado por completo.

Un banco público antes de cruzar el paso de cebra. L. DE LA MATA

En el recorrido, el peregrino de camino hacia Santiago, o cualquiera que viva en la zona y tenga que moverse por estas aceras, se encontrará con contenedores de basura colocados en medio.

También se pueden ver los típicos recipientes para introducir desechos de vidrio, como si alguien lo abandonase allí y se hubiera olvidado de él, dado que es difícil encontrarle explicación a un objeto de esta naturaleza en ese preciso lugar.

Mobiliario absurdo

De camino a Columbrianos hay hasta un banco público colocado en la acera antes de cruzar el paso de cebra

Llama la atención un punto en donde coinciden a la vez, en un mínimo espacio, la farola (colocada en medio del paso), una señalización obsoleta y fuera de uso, que en su tiempo avisaba a los conductores para que redujesen velocidad, y también un contenedor redondo de color verde.

Señal, árbol y estrechón de acera con peldaños. L. DE LA MATA

Además, los árboles han reventado el pavimento y las baldosas, con puntos en donde el abombamiento del terreno llega a subir casi 20 centímetros por encima del nivel de la carretera.

Hay lugares en los que se hace muy difícil no echar el pie al asfalto de este vial principal de entrada y salida de la ciudad hacia Cubillos, con tráfico intenso casi a todas horas.

Quejas de empresarios

Varios empresarios con negocios en la zona se han puesto en contacto con este periódico para intentar llamar la atención y sacar los colores a los responsables del Ayuntamiento de Ponferrada. Piden al equipo del tripartido político que dirige el alcalde Olegario Ramón (socialistas, podemitas y bercianistas) que no dejen de lado a esta zona, que consideran está olvidada.

La inacción en el tiempo ha hecho estragos. L. DE LA MATA

Una de las cuestiones que reivindican —no sólo los dueños de negocios de la zona, sino también vecinos consultados sobre el terreno y que prefieren no dar la cara en este reportaje para evitar posibles represalias desde el consistorio— es la necesidad de que se instalen a lo largo de la avenida de Asturias más pasos de peatones.

En algunos casos, las señales de tráfico aparecen ocultas por la maleza, o incluso pasan completamente desapercibidas por estar situadas en lugares menos visibles. Aunque es un problema de décadas, existe un tramo de la acera en la que, además de la estrechez de la misma, el peatón tiene que sortear varios escalones colocados en mitad del vial. Imposible en silla de ruedas.

«¡Molto montícolo!»

Ayer, un peregrino italiano que empujaba su carrito, hasta se asombraba del estado del vial al atravesar este tramo de salida de la ciudad. El hombre repetía varias veces en su idioma la frase entendible en cualquier lengua: «¡Molto montícolo per la strada de Ponferrada!». Como prueba de las dificultades y del peligro para el paso de peregrinos y resto de peatones, el italiano no dejaba de señalar el abombamiento de la acera, pisando la carretera con los coches pasando pegados a su cuerpo.

Confluencia de contenedor, boquete y farola. L. DE LA MATA

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