Magosto universitario

Llevamos más de una semana con ese jueves en la cabeza y presumiblemente no era para menos. El año pasado resultó todo un acontecimiento de integración, de alegría de los sentidos, gastronomía local y lo que te rondaré...El magosto universitario es un magosto introductorio, en todos los sentidos, para los recién llegados. Algo así como un cursillo acelerado de la maravillosa idiosincrasia propia de la zona donde los matriculados en el Campus Universitario de Ponferrada se van a formar, aunque los pesimistas expongan sin razón que se deben conformar. Y con las expectativas que el recuerdo de nuestra pérfida memoria nos otorgaba en base al ágape etílico-castañero del pasado curso, ayer nos levantamos ilusionados con ese gusanillo que se crea cuando por la tarde-noche hay fiesta de la buena. Algún nubarrón corrompía nuestro ilusionado estado de gracia porque no existe nada peor que lo tan preparado como esperado para que al final las albricias salgan sapo toca huevón. Una especie de máxima jamás escrita que se cumple a raja tabla para quienes poseen una idea de España tan peculiar como, en cierta medida, certera. Pero esas inquietudes que asomaban se desvanecieron ya a la hora comer. Las ganas de partirlo entre la bizarrada se desprendía por las aulas y una especie de calma tensa recorría los pasillos a la espera de las ocho de la tarde. Como preámbulo, decidimos comer en El Burbia, entre amigos, y disfrutar de la alta cocina de Delmiro y Familia. Eternizar la sobremesa con muchos licores y más soplapolleces - de esas con las que tanto disfrutamos- y pergeñar un plan de actuación magostera o magostil. Porque el magosto en el Campus de Ponferrada no es fundamentalista ni cumple la tradición a rajatabla. Se basa en el rito de juntarse alrededor un fuego a no hacer nada, cosa que se nos da fenomenal a diario si exceptuamos lo del fuego, y comer las mejores castañas del mundo: las de El Bierzo.. Pero el magosto universitario se centra más en el cómo. Cómo acercarse con intenciones que no es preciso especificar en esta columna, por la variedad de las mismas, a la pelirroja, a la rubia, a la morena, al nuevo, al bajito, a las extraordinarias cañoneras, a la fina, a la basta, a la pedorra, a las zumbonas, a los simpáticos, al Varón Dandy (Nota: este último no constituye un ejemplo sino el resultado de un exhaustivo sondeo entre los intereses de las féminas que forman parte colectivo universitario)... Luego, entre sopores, triunfos y decepciones, la peña se traslada con los música (Djembé pablopinero y Gaita gasparera) a donde sea y hasta la luna con el ánimo de que no acabe la noche. Pero la vida continúa y hoy, hoy ya es viernes.