La violencia de un alumno paraliza el ritmo normal de las clases de Vega de Espinareda

En su comunicado los padres afirman que el comportamiento de este niño, que sufre problemas de intregración, se vienen repitiendo desde primero de infantil. Además, subrayan que el alumno en su afán de ser centro de atención permenente, «pega a sus compañeros, les muerde, rompe y tira el material escolar y hace imposible el desarrollo normal y mínimo exigible en una clase, influyendo de forma clara en el rendimiento escolar y en la educación social de la clase». Según los padres, este clima ha originado que ningun profesor quiera hacerse cargo del problema y afirman que la tensión que viven los niños en el colegio se deja notar en casa en constantes cambios de carácter y miedo a ir a clase. Por otra parte, admiten ser conscientes de la gravedad del problema y aseguran que en su ánimo no está el perjudicar a este estudiante. Bien al contrario, creen que no se estan tomando las medidas educativas adecuadas para su integración, pues el problema del niño se repite año tras año. En este sentido, señalan que es consecuencia de la falta de interés y la apatía de la dirección del colegio que permite al niño hacer lo que quiera con el consiguiente perjuicio para él y para el resto de sus compañeros. Los padres, que ayer se concentraron por especio de quince minutos ante el colegio, creen que va siendo hora de que los responsables educativos dejen de eludir el problema y lo afronten, por lo que amenazan con llevar a sus hijos a otro colegio. La dirección del colegio reconoce el derecho de los padres a defender la educación de sus hijos, pero recuerda que en las aulas suele haber niños conflictivos a los que no se puede aislar, sino ayudar con profesores de apoyo.