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Exclusiva: declaración judicial prestada por el propietario del inmueble

«La he preparado bien gorda», dijo a la policía

Publicado por
Manuel Félix | M.C. Cachafeiro
León

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«Cuando se hace mal, hay que procurar tener cuidado, porque es fácil que os la líe, cuando sois malos. Y ya está, lo puedes ver como una amenaza o como quieras. Cuando eres malo estás expuesto a que te lo preparen por malo, por hijo de puta». Con estas palabras se dirigió el inquilino al propietario del inmueble de la calle Alcón de Ponferrada el pasado lunes, tres días antes de la explosión,  en un mensaje grabado de voz a las 20:21 horas que aún conserva, y que ayer por la mañana dejó por escrito en su declaración en la Comisaría.

El dueño del edificio siniestrado del número 21 de la calle Alcón declaró a las 11:57 de la mañana de este jueves ante la Policía  Nacional  que desde el pasado mes de septiembre, cuando presentó una demanda por desahucio, empezó a recibir amenazadas por parte del inquilino a través de Whatsapp y mensajes de voz.

El propietario no recordaba en su declaración, a la que asistió con un abogado, cuántos meses le debía pero sí  que, el pasado 6 de septiembre, decidió interponer una demanda ante el Juzgado de Instrucción número 8 de Ponferrada para intentar dar por finalizado el contrato.

 A raíz de la denuncia, explicó, recibió varios mensajes de Whatsapp «donde llegó incluso a amenazarle con que, o hablaba con el abogado para retirar la demanda, o se la iba a armar gorda», señaló textualmente en la declaración, a la que ha tenido acceso este periódico, aunque tras conocer lo ocurrido se ha dado cuenta de que muchos han sido borrados; no así los mensajes de voz.

La última advertencia, según su versión, fue mediante una llamada telefónica el pasado martes, donde le volvió a amenazar con que «si no retiraba la demanda se la iba a armar gorda» .

El desahucio se iba a llevar a efecto hoy a las 10 horas. Tras la explosión, el propietario de la casa recibió una llamada de la Policía Municipal, sobre las 4 de la madrugada, para informarle de lo sucedido, que interpreta en la declaración como una represalia «por no haber retirado la demanda de desahucio». El inquilino había firmado el 9 de mayo de 2013 dos contratos de alquiler, uno por cada planta del edificio, con un año de vigencia y el pago de 400 euros por cada una de ellas.