Ciento cuarenta años de la llegada del tren a Ponferrada

Fue tal día como ayer, un 4 de febrero de 1882, hace justo 140 años, cuando se abrió al tráfico el tramo ferroviario entre el puerto de Manzanal y la nueva estación de Ponferrada. El ferrocarril llegaba al Bierzo y lo hacía sin grandes fastos porque aún faltaba un último trazado hasta la localidad gallega de Oural, en el entorno de Monforte de Lemos (Lugo), para completar la línea entre Madrid y La Coruña; uno de los radios del sistema ferroviario con epicentro en la capital de España diseñado en el siglo XIX.

Entonces sí, en septiembre de 1883, el rey Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo circularían en tren por los después famosos túneles del lazo en el empinado descenso al Bierzo desde Brañuelas, pasarían por la estación de Ponferrada y continuarían hacia la capital gallega en un viaje mejor publicitado. Eran años en los que la distancia más corta en tren entre Madrid y La Coruña, a diferencia de hoy, con el AVE circulando en Zamora, pasaba necesariamente por Ponferrada.

Nada se sabe del primer tren que oficialmente circuló por las vías desde Manzanal y se detuvo en Ponferrada aquel 4 de febrero de 1882 —en los días previos habían descendido el puerto varios convoyes en pruebas— pero no hay ninguna duda sobre la fecha, recordaba ayer el investigador y secretario de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, Daniel Pérez Lanuza, que ha escrito un detallado artículo en su blog www.ponfeblino.blogspot.com para dejar constancia de la efeméride.

Llegada de un tren a Ponferrada, en una foto estenoscópica de 1902. G. BALLINAS CORTESÍA DE GARCÍA BUESO

Y todo había comenzado en otro día bien documentado. Una ley del 17 de marzo de 1858 aprobaba la concesión de un ferrocarril de Palencia a Ponferrada. Y un año después, el 5 junio de 1859, se hacía lo mismo con el tramo entre Ponferrada y La Coruña. Monforte de Lemos se iba convertir en la población donde se bifurcaría la línea con destino al puerto de La Coruña, por un lado, y al de Vigo, por otro. «Estamos en una época en la que el viaje de Madrid a A Coruña (por carretera y medios de tracción animal) consumía cinco días y medio y el ferrocarril vino a acortarlo a un día redondo», destaca Lanuza.

La primera empresa que se hizo cargo del primer tramo de la línea fue la Compañía del Ferrocarril de Palencia a Ponferrada o del Noroeste de España, más conocida como Noroeste, fundada en 1862 y que con el tiempo cambiaría su nombre para añadir la línea a Gijón.

Lanuza cuenta que las obras del trazado a Galicia llegaron a Astorga el 16 de febrero de 1866. Pero a partir de ahí la orografía del puerto de Manzanal iba a complicar mucho las cosas a los ingenieros, que finalmente diseñaron un trazado en lazo plagado de túneles para salvar el desnivel en el descenso por el Bierzo Alto. «Mientras se solucionaba el paso hacia el Bierzo se fue inaugurando el tramo gallego A Coruña-Lugo el 10 de octubre de 1875 y avanzando en las obras de sus tramos hacia Palencia», escribe el responsable de la Cultural Ferroviaria Berciana.

Catorce años costó dominar el Manzanal. «Tenemos en ese trayecto una excepcional solución en forma de lazo, pero no en túnel helicoidal como aún permanece en el imaginario colectivo, sino rodeando una montaña mientras la vía desciende de cota en sus límites de pendiente aceptables», explica Lanuza. Y así llegó el 4 de febrero de 1882, con una nueva empresa, la Compañía de Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León, que había tomado el relevo de la quebrada Noroeste. Un día sin imágenes conocidas.

Para encontrar una de las fotografías más antiguas de la llegada de un tren a Ponferrada hay que adentrarse ya en el siglo XX, cuando el aficionado Godofredo Ballinas, coronel del Ejército, tomó una excelente imagen estenoscópica donde se aprecian, sobre todo, los vestidos, los sombreros y las sombrillas de un nutrido grupo de mujeres de la burguesía local que esperan en el andén de la estación. Era el 20 de septiembre de 1902 y la llegada de un tren a Ponferrada, cargado de viajeros en un día soleado, todavía era motivo de curiosidad. Casi, casi como ocurre ahora.