El segundo derrumbe abre nuevas incógnitas: un movimiento de la pila o culpa del tablero
El segundo derrumbe en el viaducto del Castro ha echado por tierra las primeras hipótesis sobre lo ocurrido, según explicó ayer el director general de Carreteras, Javier Herrero. La idea de que el giro de un pilar había arrastrado al primer tablero que se derrumbó, ya no está clara ya que, en este segundo, se puede pensar que ha sido el tablero el que ha empujado a la viga. «En este momento, tenemos abiertas las dos hipótesis; lo que sí parece es que, además de la viga, había otros problemas en la estructura que no se pudieron especificar», añadió. Además, se está analizando que el terreno haya hecho una especie de «rótula» porque es una zona de agua.
¿Cuál es la relación causa-efecto?. Nada se podrá hacer, reconoció el máximo responsable del Ministerio en materia de carreteras, hasta que no sea factible bajar hasta la base de las pilas afectadas, algo que se demorará semanas porque se tendrá que esperar, primero, a despejar la zona, que es muy frondosa —está en pleno monte— y después a garantizar la seguridad de los equipos. De momento, «no puede entrar nadie», reconoció Javier Herrero.
Sobre un tercer derrumbe, añadió: «Puede que se caiga por su propio peso, y si no, vamos a desmontarlo, pero no vamos a entrar en este momento. No sabemos la estabilidad que tiene».
Cuando se pueda acceder, insistió, se recogerán testigos en geodesia, geología... «Mientras no podemos verificarlo, todo son hipótesis», enfatizó Herrero. El hecho de que estuvieran a punto de acabar las obras, para abrir de nuevo al tráfico el viaducto en un par de meses, deja también otra reflexión. Y es que por alguna razón la zona se desestabilizó. «No teníamos ningún elemento que nos dijera nada, ni que iba a ceder la pila. Ese proceso, quizá, ha liberado un problema que tenía, que no estaba identificado».
¿Plazos? «Depende de cómo estén las pilas; depende de cómo esté el cimiento...», dijo. ¿Meses?. «Para una restauración del tablero, por supuesto meses».
Lo que sí está descartado es que influyera la calidad del cemento, según afirmó el director general de Carreteras.