La oposición carga contra el alcalde por el «fiasco» de la cena templaria
El Ayuntamiento hace un balance triunfalista del resto de actos sin citar la parte crítica
Acabó la fiesta de la Noche Templaria. Se apagaron las antorchas, con el Arca y el Grial guardados ya en los sótanos del castillo de Ponferrada y, con el inicio de la semana, tocaba balance de un evento multitudinario para la ciudad. Desde el Ayuntamiento se hizo un balance triunfalista del evento y la organización (14.000 asistentes al desfile, 6.000 visitas al castillo), pero en su nota de prensa no quisieron entrar en los charcos que señaló la ciudadanía y la oposición, como fue sacar del interior de la fortaleza la cena templaria y llevarla a una carpa a la orilla del río Sil, donde se hace el mercado de las plantas y verduras.
Los que sí ofrecieron su versión sobre lo sucedido con la cena templaria, para que no se vuelva a caer en el error y dividir a los comensales, fueron los grupos de la oposición, que consideran un «fiasco» lo sucedido. Y ello, porque hubo comensales que quisieron anular el pago de 37 euros por cenar en la carpa que dispuso el equipo de gobierno que dirige el alcalde Olegario Ramón (y no en el tradicional aforo del interior del castillo), y no fueron capaces. Por eso, hubo cenas paralelas en restaurantes de la ciudad que optaron por organizar la fiesta por su cuenta y no ir al polémico cambio propuesto desde el consistorio.
Ayer, el primero en quejarse por lo sucedido fue el ex alcalde y concejal de USE, Samuel Folgueral: «La Noche Templaria no se iba a librar del triunfalismo con el que el gobierno fallido de Olegario Ramón suele celebrar sus despropósitos. De modo que después de arrebatarle la esencia al fin de semana festivo y de engañar a tantos comensales que compraron una entrada para una cosa y se encontraron con otra, el equipo de gobierno es capaz de presumir de una celebración ‘más abierta’. La triste imagen de la Cena sobre hormigón y bajo carpa ferial del viernes con menos de la mitad de los comensales que, sin ir más lejos, se registraban en el periodo de Samuel Folgueral como alcalde, da una idea de lo eficaces que han sido las novedades introducidas por Olegario Ramón», indica. Y añade: «Una revolución consistente en gastarse más de lo que antes costaba la ambientación del Castillo en un decorado de cartón piedra que lo único que ha conseguido es convertir una fiesta única en un mercado medieval más de los cientos que se celebran en toda la geografía nacional. Con la diferencia de que en otros lugares se le devuelve el dinero a la gente que se ha sentido engañada. Por no hablar de que una Noche Templaria más abierta requeriría también no alejar a los visitantes de los hosteleros que pagan impuestos o tratar de abrir la contratación de la Cena a varias empresas de la ciudad», al tiempo que acusó a Olegario Ramón de utilizar el evento para su promoción en sus redes sociales.
«No escuchan a nadie»
Por su parte, desde el PP marco Morala decía que, «con independencia de profundizar más adelante en el aspecto económico que nos han vendido desde el equipo de gobierno, hay que calificar la tradicional cena de la Noche templaria como fracaso rotundo en el aspecto social y participativo. Estamos ante algo que siempre ha ido a más y el alcalde y su equipo de gobierno han conseguido que vaya a menos. No escuchan a nadie. Han impuesto su opinión. Y a menos consenso, menos participación. Una vez más están encantados entre ellos de haberse conocido, pero los ciudadanos y los participantes no están nada contentos, sino todo lo contrario».
«Experimento fracasado»
Desde Ciudadanos, Ruth Morales pudo de manifiesto que trasladar la cena templaria al río «ha supuesto un experimento fracasado, no han conseguido cumplir los objetivos de aumentar el número de participantes ni de extender la fiesta a toda la ciudad. La venta de entradas ha caído, a pesar de que lo que pretendían era favorecer una mayor afluencia».
«Al no celebrar la cena en su ubicación tradicional, —señala—el interior de la fortaleza templaria, han provocado que el evento haya sufrido un importante menoscabo, puesto que celebrarla en el Castillo alentaba la concurrencia de comensales venidos de todos los rincones de España. La cena templaria ha perdido vistosidad y Ponferrada la oportunidad de dar a conocer su gran reclamo turístico». Asimismo, recuerda Morales que este traslado tampoco estaba justificado por motivos de seguridad, tal y como se desprende de los informes técnicos, que obran en el expediente: «Las decisiones unilaterales del equipo de gobierno han supuesto un perjuicio para uno de los emblemas del turismo en la capital berciana».