Tribunales
Un abogado berciano gana a Agroseguro la mayor demanda ganadera sobre pastos
Aníbal Fernández llevó desde Ponferrada la denuncia de 200 agricultores de Extremadura, Cataluña, Navarra y La Rioja
Fue como la lucha bíblica de David contra Goliat. El abogado ponferradino, Aníbal Fernández, ha logrado doblegar en los tribunales la voluntad de la aseguradora agraria Agroseguro, que se negaba a indemnizar —en su justa medida a una pequeña asociación de unos 200 ganaderos— la compensación por pérdida de pastos debido a la sequía tras las mediciones realizadas vía satélite. El letrado, después de dos años largos de trabajos muy complejos para armar la demanda judicial ganó hace unos días esta sentencia frente al monopolio asegurador agrario de una entidad como Agroseguro, que ingresa todos los años del orden de 800 millones de euros en primas de esta naturaleza. Fernández ha hecho historia judicial al ganar a Agroseguro la hasta ahora mayor reclamación conjunta de agricultores y ganaderos sobre compensación por pérdida de pastos. Una compensación que supone ayudar a la alimentación de su ganado en caso de sequía.
Hace un par de años acudió al despacho del letrado ponferradino el presidente de una asociación de agricultores y ganaderos extremeños. Le consultó acerca de la póliza que habían contratado, que era un seguro de compensación por pérdida de pastos, que abarcaba desde octubre del 2018 hasta el verano del 2019, más o menos coincidiendo con el año hidrológico. No entendían cómo era posible que habiéndose producido ese año y calificando la Aemet como el cuarto más seco en lo que va de siglo, y el 11 año más seco del que se da cuenta desde 1965, eso se tradujera en unas indemnizaciones prácticamente ridículas.
Catedrático Casanova
Los afectados habían consultado el tema con un catedrático de la Universidad de Valladolid, José Luis Casanova, que fue además el técnico que puso en marcha el sistema de comprobación de la existencia de siniestro en este tipo de seguros, a finales de la década de los noventa principios del 2000. Casanova explicó a los afectados que el contrato que tenían con el Laboratorio de Teledetección de Valladolid Agroseguro, y que estaba vigente desde finales de los años noventa, había sido rescindido en el 2018. Ese mismo año, Agroseguro había cambiado la empresa que le suministraba la información del satélite sobre el avance o retroceso de pastos. En este caso contrató a una empresa que ya no era de titularidad pública, sino privada. llamada Deimos Imaging.
Este catedrático orientó a los agricultores y ganaderos afectados y les dijo que hacía tiempo que llevaba estas cuestiones para Agroseguro, y que ésta entidad puede cambiar el proveedor de estos servicios de información satelital. Pero cuando lo hagan tienen que partir de varias premisas: Una, que las fuentes de adquisición de las imágenes de los pastos o la tierra tienen que ser las mismas. En el caso del laboratorio de la Universidad de Valladolid lo hacían a través de una antena propia y captaban la información que les enviaba el satélite Terra de la Nasa, y decodificaban la información con un paquete de la propia Nasa, llamado el Colletion 3 . El catedrático les dijo que podían cambiar de proveedor, pero la serie histórica con la que tenían que comparar debían reconstruirla de nuevo con la misma fuente de información. En este caso la empresa Deimos no utilizaba esa fuente, sino que era una fuente que le emitía la propia antena de la Nasa. Así, la interpretación de esas imágenes se hacían con otro programa de la Nasa llamado Colection 6 .
De esta forma, el profesor Casanova les explicó a los afectados que las nuevas referencias de Agroseguro pretendían comparar dos cosas que no eran comparables. Y ello, porque la regulación de este tipo de seguros es muy singular.
Aquí, el siniestro como tal se configura como un índice de vegetación que se obtiene a través de esas imágenes del satélite y ese índice de vegetación actual va por decenas. Cada uno de los meses asegurados hay que compararlo con esas misma decenas de la media histórica, los años anteriores. «Y aquí, lo que se había hecho, cuando me enseñaron la póliza de los años anteriores del plan 2018 es que ponía en la póliza que se tenía que comparar el índice de vegetación actual con la serie histórica que había obtenido el laboratorio de Valladolid entre el año 2000 y el 2017 con los que se obtuvieran por esa empresa en el 2018. Y claro, eso dio lugar a ese dislate y a que este asunto de reclamación de los ganaderos era una causa justa», indica Aníbal Fernández.
La mitad de lo pagado
Cuando estos mismos ganaderos habían contratado pólizas y pagado unas primas por encima de 80.000 euros, el abogado y los afectados no veían muy lógico que el cuarto año más seco de lo que iba de siglo se tradujese en unas indemnizaciones que prácticamente suponían la mitad del importe que se había pagado por la contratación de esas pólizas.
Al ver el caso, Fernández aceptó hacerse cargo de su defensa. La indemnización que habían liquidado a los ganaderos eran del orden de unos 51.000 euros y el importe de las primas más de 80.000.
De esta forma, el abogado demandó requerimientos a Agroseguro para que reconsiderara su decisión y se abriera a negociar, y se pudiera realizar una comprobación neutral de la valoración técnica de la pérdida de pastos. Pero Agroseguro se encastilló, se negó completamente a ello. Con lo cual, a Aníbal Fernández no le quedó otra que poner en marcha las reclamaciones. Y de ahí parte la complejidad de esta reclamación.
En total se sumaron a la demanda más de 200 ganaderos, 186 son de la zona de Extremadura y alguno del sur de Salamanca, así como cerca de una treintena de las comarcas pirenaicas de Cataluña y también ya de zonas de Navarra y La Rioja con reclamaciones en marcha.