El jabalí arruina la vendimia azuzado por la falta de alimento y los fuegos
El daño está siendo grave en algunas zonas del Bierzo con la uva en plena fase de envero
Los jabalíes se han convertido en el principal enemigo de los viticultores bercianos, principalmente al sur del río Sil. La falta de alimento por la climatología adversa de los últimos meses e incendios como el que recientemente arrasó el entorno de La Aquiana están provocando una migración de los ejemplares de esta especie hacia zonas más bajas . Buscan qué comer y las uvas, que están en fase de envero, son un manjar a tiro para una población cada vez más grande que se ha vuelto inabarcable para los cotos de caza.
La Junta de Castilla y León ha autorizado esperas nocturnas pero son insuficientes, aseguran los perjudicados. Además, en algunos casos el inicio de esta caza selectiva para el control de especies potencialmente perjudiciales para la agricultura estaba previsto para el 1 de agosto y ya la última semana de julio se produjeron graves destrozos. Es el caso de la Bodega 13 Viñas de Cubillos del Sil, que ya acumula cinco hectáreas arrasadas de las trece que están en producción. Y esto cuando todavía quedan varias semanas para la vendimia.
«Con los medios que tenemos somos incapaces de controlar el problema, sobre todo en las fincas que están más próximas a los montes y que no están valladas. Se están comiendo las uvas incluso antes de que enveren porque no hay otro fruto. Los cazadores tampoco dan a basto, con sus recursos son incapaces de controlar la superpoblación y el monte está abandonado, ya se mete en los pueblos. Todo esto es un caldo de cultivo perfecto. Cada año el problema va en aumento y necesitamos medidas extraordinarias. La Junta puede hacer batidas con personal propio o utilizar hormonas y químicos para neutralizar a las hembras y controlar la población, por ejemplo», aseguró el propietario de 13 Viñas, Julio Alberto Calvo.
Los jabalíes no solo se comen las uvas que están en plena maduración, sino que provocan graves daños en las cepas y limitan su producción a un año vista. «Rompen todos los sarmientos de la poda del año que viene», afirmó el viticultor José David Arias Vidal, de Valle del Recunco. Él tiene sus viñas entre Ponferrada y Priaranza del Bierzo y también lleva días sufriendo los ataques de esta especie cinegética. «Siempre ha habido, pero este año está siendo especialmente malo. La helada que no ha afectado al viñedo sí afectó a las cerezas, a la ciruelas y a todo lo anterior, por lo que los jabalíes no tiene comida y están fulminando las uvas. Si a eso le añadimos que la Tebaida ha ardido y los animales han tenido que bajar a buscar comida, tenemos un problemón», se lamentó.
Comen y rompen
No solo devoran las uvas en maduración, sino que dañan los sarmientos de la poda del año que viene
Cercar todas las viñas supone un desembolso muy grande en una zona como el Bierzo y tampoco es garantía de nada. Algunos viticultores recurren a prácticas como la colocación de bolas de alcanfor, pelo humano, cajas de pescado y/o un líquido ahuyentador de animales llamado Spanta ; pero con eso solo «retrasamos la agonía», reconoció el propietario de la Bodega 13 Viñas, ya que aunque los jabalíes «consideran una amenaza todo olor que no les es familiar, en cuanto pasan unos días se acostumbran y vuelven a entrar».
«Al sur del Sil casi todos tenemos problemas con el jabalí», se lamentó Arias Vidal. Ponferrada, Campo, Molinaseca, Toral de Merayo, Rimor, Villalibre, San Lorenzo... El mal está repartido y se nota también en Corullón. Casi todas las parcelas están afectadas en mayor o menor medida y esto en un año que ha sido malo desde el punto de vista climatológico y ya se prevé una merma considerable de la vendimia si las cosas no cambian y la lluvia no hace acto de presencia. «La uva es bastante pequeña, hay corrimiento, pesa poco y tiene mucho estrés hídrico». De esta manera definió la situación el propietario de Valle del Recunco.
Medidas más intensas
Los cotos de caza no dan a basto y las esperas autorizadas por la Junta son insuficientes
Están en alerta los viticultores y también los fruticultores . Aunque en menor medida, también los productores de pera de la zona de Villaverde de la Abadía, Posada y Villadepalos están notando los efectos nocivos de los jabalíes en sus árboles. «En ciertas zonas de la ribera del río y las zonas más húmedas, estamos viendo más daños que otros años en algunas parcelas. Comen la fruta de un metro hacía abajo aunque esté verde», reconoció el presidente de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA), Daniel Franco. Él mismo explicó que hay fruticultores que están colocando pastores eléctricos como los que se utilizan con el ganado, pero igualmente afirmó que sirve de poco para frenar al jabalí. Tal vez funcione con algún corzo.
Como pasa con las viñas, en el caso de los frutales los jabalíes no solo comen el fruto, sino que rompen las ramas y dañan el árbol, por lo que «también fastidian la producción del año que viene», se lamentó Franco.