Los cotos del Bierzo piden refuerzo con perros y supletorio alimenticio contra el jabalí
La Junta delega en ellos la solución pero se cierra en las esperas y cazas selectivas provisionales
Hace quince días, todos los consejos reguladores de los vinos de Castilla y León se reunieron con el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y le trasladaron su preocupación por los daños que las especies cinegéticas causan en el viñedo y en la producción de uva. Se habló de jabalíes, de conejos y también de corzos. La solución de la Administración autonómica sigue siendo exclusivamente la autorización de esperas nocturnas y cazas controladas en un período que abarca desde ahora hasta octubre. Así lo volvieron a constatar ayer fuentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente consultadas por este periódico. Pero los afectados y los cotos de caza, que son en quien la Junta deriva la responsabilidad, insistieron en que la medida es insuficiente y piden ir más allá. Sueltas de perros, ayudas para la instalación de pastores eléctricos y permitir a los cotos suplementar la alimentación de los jabalíes son algunas de las propuestas para mitigar los daños en las viñas.
El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, Adelino Pérez, no ocultó su preocupación por lo que está pasando y explicó que mientras en las zonas más próximas al monte el perjuicio viene dado por el jabalí, en otras más despejadas, como Villafranca y Valtuille, el problema es la plaga de conejos, también endémica. «Lo único que nosotros podemos hacer es pedir que se controlen las poblaciones de estas especies, pero no podemos poner las medidas ni decirle a la Junta lo que tiene que hacer», afirmó Pérez, confiado de que el control selectivo de la población surta efecto.
La Ley de Caza de Castilla y León limita mucho la acción por parte de los cazadores. Solo ellos pueden hacerle frente a la población de jabalíes que han arruinado buena parte de la cosecha en zonas como Cubillos del Sil, Toral de Merayo, Rimor, Villalibre y Priaranza del Bierzo; pero para poder actuar con éxito necesitan un margen de acción mayor y en ello incidieron fuentes del coto de caza de Cubillos del Sil, desde donde lamentaron la costumbre de la Administración autonómica de «echar balones fuera».
Cerca del casco urbano
Hay parcelas autorizadas para cazar que están a pocos metros del pueblo y eso provoca reticencias
«Las esperas son un medio pero insuficiente. En otras comunidades autónomas se permiten las sueltas de perros que ayudarían a alejar a los jabalíes varios kilómetros de las viñas. También suplementar su alimentación, esparciendo comida para crear nuevas zonas de alimentación por las que tengan querencia. Hace falta más limpieza en el monte y de las fuentes para que los animales tengan donde beber. Y no estaría de más ayudar a los viticultores para la instalación de pastores eléctricos», explicaron fuentes del citado coto de caza, desde donde aseguraron que no está habiendo una «invasión de jabalíes», sino que estos no tienen alimento y para poder comer recurren a lo que hay, que es uva.
Otro de las problemas de la caza selectiva es que, en algunos casos, se produce a escasos metros del pueblo y esto genera reticencias entre los vecinos y los propios cazadores. «Algunas parcelas están a 150 o 200 metros del casco urbano», explicaron desde el coto de caza de Cubillos, donde dos cazadores se encargan cada noche del control selectivo en las parcelas autorizadas. Otro problema aquí es que «los jabalíes se resguardan en los terrenos de la central térmica» y eso es suelo privado al que los cazadores no pueden acceder. «Está comprobado que vienen y vuelven de ahí, pero no podemos hacer nada», lamentaron.