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Historia

Los fusilamientos de la plaza Lazúrtegui

José Cabañas presenta hoy en Ponferrada un libro que escarba en los primeros días de la guerra

Escuadra Negra de Eirexalba (Lugo), milicia falangista que actuaba en O Incio y Sarriá. CORTESÍA J. CABAÑAS

Ponferrada

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Era el año 2003 cuando el hoy presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica , Emilio Silva, le grabó una entrevista al antiguo concejal republicano de Ponferrada Antonio Varela Nieto, ya fallecido. En aquella charla, Varela Nieto le contaba a Emilio Silva sus peripecias para salvar la vida en los días en los que, con la Guardia Civil sublevada y antrincherada en el antiguo cuartel que existió en el entorno de la calle Antolín López Peláez porque los mineros asturianos lo tenían rodeado, llegaron a Ponferrada para auxiliar a la rebelión las tropas del fatídico comandante Manso. Varela contaba que aquellos militares con base en Galicia, a su entrada en Ponferrada procedentes de Villafranca se llevaron a un grupo de hombres que los observaba desde la carretera. Hombres que según Varela acabaron fusilados en la plaza de Julio Lazúrtegui.

CABAÑAS

«Y puede que sus cuerpos estén enterrados en el Montearenas», contaba ayer el investigador aficionado José Cabañas que ha incluido el relato de Varela —con todas las precauciones que hay que tener con un testimonio oral— como de las fuentes de su libro Cuando se rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León, que hoy presentará a las 19.00 horas en el Patio de la Higuera del Museo del Bierzo, antigua cárcel de Ponferrada. Cabañas contará con la presencia del propio Emilio Silva y del editor de Lobo Sapiens, José Antonio M. Reñones. La edición también cuenta con la ayuda del Instiuto Leonés de Cultura y varios ayuntamientos.

El libro supera las ochocientas páginas y dedica un extenso capítulo de doscientas a la defensa de la República en el Bierzo y Laciana. Ahí es donde inserta el relato de Antonio Varela Nieto. El autor de la investigación reconoce que hay muchas zonas oscuras todavía en el relato de lo que ocurrió en Ponferrada especialmente entre el 20 y el 22 de julio, entre la llegada de los mineros asturianos que trataban de regresar a Oviedo para hacer frente a la sublevación del general Aranda, y la entrada en Ponferrada de las tropas del comandante Manso. Varela asegura, por ejemplo, que se encontró con el cadáver de una mujer embarazada en el caos que envolvió a la ciudad aquellos días. Y resulta inquietante lo que dice de los fusilamientos en la plaza de Lazúrtegui.

El libro de Cabañas también realiza un esfuerzo por contar lo que ocurrió a partir del 18 de julio de 1936 en otras localidades como Bembibre, Villafranca, Noceda del Bierzo, Toral de los Vados, Fabero, Cacabelos, Toreno, Torre del Bierzo y Villablino. «Bembibre y Torre del Bierzo —cuenta, por ejemplo— no los tomaron hasta el 27 de julio».