«No asfaltan las calles y embrean el parque del Temple»
Usuarios de este pulmón verde critican que el alquitrán ha cercado varios árboles de la senda
Un usuario del parque del Temple hace deporte en la senda de los árboles asfaltados. DL
Nueve y media de la mañana de un sábado 27 de agosto. En el parque del Temple de Ponferrada comienzan a verse los primeros vecinos que pasean y hacen deporte. En la ciudad, el último debate de estos días es el polémico asfaltado de las sendas de este parque público municipal, que tras la primera tormenta ha generado charcos de consideración, debido a que el embreado no contó con la previsión de sumideros de agua de lluvia.
Este periódico quiso conocer el sentir de los usuarios. Las reacciones —a pie de senda de brea— fueron mayoritarias en contra del asfaltado que ha impulsado en esta zona verde de la ciudad el Ayuntamiento que dirige el alcalde Olegario Ramón y su equipo. Eso sí, también hubo dos vecinos que defendieron la capa de alquitrán en este parque público y alabaron la gestión del regidor, diciendo que no se podía criticar a quien lo está haciendo «muy bien». Uno de ellos iba más allá y exclamaba lo siguiente: «¡A mí me va bien con Olegario y los periodistas deberíais dejar de criticar. Estáis más guapos callados!».
Sin embargo, —aunque sin el mismo valor científico estadístico que lo anterior—, una de las frases que más repitieron los consultados ayer en el parque fue la siguiente: «Están las calles de la ciudad de pena, con las aceras levantadas y ahora vienen con esto. No asfaltan las calles y embrean el parque del Temple. Esto es de locos».
Otro senderista del parque que se sumó a la rápida consulta añadía lo siguiente: «Los que dirigen este Ayuntamiento no tienen cabeza. Y lo peor de todo, es que hay técnicos del Ayuntamiento que saben lo que pasa y no les dicen nada. Y es, por miedo o por pereza. Me da la impresión que quieren ir todos de cabeza al barranco, al abismo. Y así nos va».
Tres «árboles asfaltados»
Pero, además de los charcos y del asfaltado de la senda, lo que sí calificaron los consultados como «de risa», «sorprendente» y «de chufla» es que, cómo en el asfaltado de la senda había tres árboles, decidieron no respetarlos y cubrir de alquitrán el camino de tierra y dejar los troncos rodeados de este derivado del petróleo.
«¡Esto no lo hace ni el que asó la manteca! Un parque con árboles asfaltados», decía una mujer enfundada en su chándal.