Los celadores contagiados en la primera ola cobrarán un 30% más

Los celadores del Hospital El Bierzo que se contagiaron en la primera ola de la Covid-19 también cobrarán un 30 por ciento más de recargo en sus prestaciones por no haber contado con equipos de protección (Epis) adecuados para realizar su trabajo con seguridad en las primeras y más mortíferas semanas de la pandemia. Los celadores se unen así al personal sanitario que ya tenía reconocida la compensación por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), según ha confirmado el Sindicato Asambleario de Celadores y Personal de Gestión y Servicios (SAC), después de que un informe de la Inspección de Trabajo haya constatado que los trabajadores del Hospital El Bierzo no contaron con medios de protección suficientes para atender con garantías a los enfermos de Covid-19.

El INSS, informó el sindicato, ya está solicitando a los celadores que reclamaron la compensación sus datos para ingresarles el 30 por ciento de recargo en as prestaciones a aquellos que se contagiaron en la primera ola. «Se declara la existencia de responsabilidad empresarial por falta de medidas de seguridad por parte de la Gerencia Regional de Salud (Sacyl)», comunica el sindicato en una nota en la que también aclara que también queda declarado «el mismo incremento respecto a las prestaciones que, derivadas del mismo accidente, se pudiera reconocer en el futuro».

El personal sanitario de enfermería y Tcaes ya ha cobrado un recargo que los celadores estaban esperando después de que el Equipo de Valoración de Incapacidades de la Dirección Provincial del INSS decidiera extender la misma protección reconocida al personal sanitario y socio-sanitario. «El ejercicio de la profesión de celador conlleva la prestación de servicios auxiliares de los propiamente sanitarios, tales como traslado a las distintas dependencias del centro para la realización de pruebas médicas, aseo personal, cambio de ropa, ayuda a las personas encargadas en el amortajado de pacientes fallecidos y traslado al mortuorio, ayuda a la colocación y retirada de cuñas para la recogida de excrementos además de muchos otros servicios que requieren un contacto estrecho con el paciente, incluso mayor que el de un médico o el personal de enfermería», explica el SAC, satisfecho con el reconocimiento.