El Consejo se fija en el Caminito del Rey para regular el flujo a Las Médulas
Courel; «Celebramos los 25 años de la declaración de la Unesco y se ha invertido muy poco»
El Caminito del Rey es una pasarela de más de tres kilómetros de longitud que avanza sobre el desfiladero de los Gaitanes en Málaga. Construido entre 1914 y 1921 y rehabilitado en 2015, se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la provincia andaluza y solo puede accederse a su recorrido de martes a domingo con reserva previa, que también se puede adquirir por internet. Los turistas deben llegar con una hora de antelación a los accesos porque se tarda una buen rato en recorrer a pie las sendas foretales, con túneles de por medio, que permiten llegar a la pasarela. El coche hay que dejaron a no más de un kilómetro y medio de distancia o en el punto de información.
Y es el ejemplo de la gestión del Caminito, escenario de películas, dos veces final de etapa de la Vuelta Ciclista a España, en el que se ha fijado el Consejo del Bierzo para trasladarla a Las Médulas, donde el presidente de la entidad comarcal, ha insistido una vez más en la necesidad de regular el flujo de turistas al paraje Patrimonio de la Humanidad. Courel lamentó que, a punto de celebrarse el vigésimo quinto aniversario de la declaración del paraje como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, allá por diciembre de 1997, «en Las Médulas se ha invertido muy poco» y la Junta de Castilla y León ha tardado demasiados años y ha dado demasiados bandazos, antes de descartar la figura de un consorcio supramunicipal y optar por modificar los estatutos de la actual Fundación Las Médulas para que sea una entidad jurídica ya creada la que se encargue de sacar adelante la gestión única del paraje.
«No puede ser que a Las Médulas vengan un día cien personas y al día siguiente, porque es festivo, cinco mil, habrá que regular el acceso y haya, por ejemplo, 1.300 personas todos los días del año», afirmó Courel.
No es la primera vez que el presidente del Consejo reclama un control del acceso a Las Médulas. Ante la imposibilidad de cerrar el paraje, Courel sí entiende que es factible regular la entrada a ciertos lugares de interés como La Cuevona o el mirador de Orellán. Sería así posible establecer un tope máximo de visitas autorizadas a esos lugares —y estaría por definir el precio de una entrada, si la entrada sería única para acceder también a los distintos centros de interpretación del paraje— y reinvertir los ingresos en la conservación, la vigilancia y el mantenimiento del propio paraje.
Courel ha lamentado que haya pasado prácticamente 25 años y todavía esté por ejecutarse la gestión única. Cuando todos los agentes, exceptó el díscolo Borrenes, se habían puesto de acuerdo en impuldar la creación de un consorcio municipal «las elecciones han supuesto un cambio en la Consejería y vuelta a empezar», valoró.