El taxista que grabó al oso en Ponferrada: «Cruzó delante de mis propios morros, fue surrealista»

«Insólito». «Excepcional». «Surrealista». «Algo que solo se ve una vez en la vida». Son los adjetivos y las expresiones que el paseo nocturno de un oso pardo por el centro de Ponferrada ha dejado en la boca del presidente de la Fundación que vela por la recuperación de los plantígrados, Guillermo Palomero, y de los taxistas que lo vieron —y uno de ellos llegó a grabarle con su móvil— mientras trabajaban de madrugada. El video, difundido por la Policía Municipal, que acabó por guiar al animal hacia un lugar más seguro en el monte Pajariel, pronto se ha hecho viral y ha saltado a televisiones y periódicos de tirada nacional.

Y todo ocurrió así.

«Eran sobre las tres de la madrugada cuando lo vi salir de detrás de la fuente de Lazúrtegui», le cuenta a este diario, horas después del insólito  paseo—hay que adjetivarlo de nuevo—, el taxista de 40 años José Luis Núñez.  «A principio pensé que era un perro grande, un mastín, pero luego ví que se movía como un oso. Salí del coche para grabarle, pero ya se había metido por un callejón», añade Núñez.

Fue Miguel Santín, de 28 años y con el taxi número siete aparcado a la altura de la calle Dos de Mayo mientras esperaba por un cliente, el que facilitó a la Policía Municipal la grabación del trote nocturno del plantígrado. Y su primera reacción, como la de su compañero, fue de incredulidad. «Venía de la calle Marcelo Macías y cruzó delante de mis propios morros, fue surrealista». Santín tampoco creía lo que veía. «Lo primero que pensé fue ‘a ver si anda por aquí alguno disfrazado o haciendo el tonto, pero luego vi que era un animal, no un tío a cuatro patas», comenta a este periódico minutos antes de incorporarse a un nuevo servicio de tarde y noche en su taxi.

El oso, posiblemente «despistado», según la apreciación del presidente de la Fundación Oso Pardo, no rebuscó comida en ningún contenedor durante su paseo nocturno. Al menos ninguno de los dos taxistas lo vio hurgar en la basura. Si fuera así, recalcó Guillermo Palomero, el equipo de especialistas de la Junta de Castilla y León que trataba de localizar al animal, pondría en marcha un protocolo para espantarlo y evitar que adoptara la costumbre de entrar en un área poblada para alimentarse.

El oso venía de la avenida de la Puebla, donde la Policía Municipal encontró sus excrementos, según narra el taxista José Luis Nuñez. Después de ser avistado por segunda vez en la calle Dos de Mayo, atravesó la avenida del Castillo varios metros delante del taxi de Santín en servicio, dejó atrás la sede del Centro Galicia, descendió en paralelo a las vías por la avenida Reyes Católicos y en el cruce con Ortega y Gasset se perdió por la acera del paso subterráneo bajo la línea ferroviaria. Avisada la Policía  Municipal, los agentes localizaron al oso cerca del río Sil y lo guiaron para que volviera a la naturaleza en la falda del monte Pajariel, según relató la Policía en sus redes sociales. El alcalde, Olegario Ramón, bromeó con la idea de que el oso llegara atraído por el proyecto del Anillo Verde, pero enseguida afirmó que el Ayuntamiento estará pendiente porque «puede generar problemas».

Miguel Santín, siete años con el taxi y a punto de iniciar su turno nocturno, no espera encontrarse de nuevo al oso, que no parecía asustado y solo aceleró el paso al final. «No creo que vuelva», decía. Y lo mismo piensa José Luis Núñez, en su día de descanso.  «Yo creo que no lo voy a volver a ver. Eso (uno oso pardo en el centro de Ponferrada) es algo que solo se ve una vez en la vida».