¿De dónde ha salido el oso pardo de Ponferrada?

El oso pardo que, a principios de la pasada semana, fue visto en pleno centro de Ponferrada y, días más tarde, obligó a cerrar los accesos al Monte Pajariel por un nuevo avistamiento sigue dando de qué hablar a pesar de que no ha vuelto a ser visto. Unas declaraciones realizadas esta misma mañana por el presidente de la Asociación Leonesa de Apicultores, Javier Morán, han generado gran controversia, aunque fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León consultadas por este periódico lo han desmentido inmediatamente.

Morán ha afirmado que el oso de Ponferrada fue trasladado desde Laciana hasta Espinoso de Compludo en marzo del año pasado y de ello se encargaron -aseguró- los propios agentes medioambientales de la Administración autonómica para evitar -dijo- el enfrentamiento directo con otro macho de oso pardo asentado en el territorio.

Realizó estas afirmaciones durante la presentación de una nueva edición de la Feria de la Miel de Camponaraya a propósito de las preguntas de los periodistas sobre la situación del sector. Afirmó tener constancia de este hecho porque "quince o veinte días después del traslado", el animal "atacó un colmenar con 80 colmenas en Espinoso". A partir de ahí, ha habido otros dos ataques a colmenares en la zona, añadió el también presidente de la Sociedad Apícola del Bierzo.

Las declaraciones de Javier Morán no han tardado en tener contestación por parte de la Junta de Castilla y León ante la polémica suscitada. Medio Ambiente no solo desmiente y niega tajantemente tal afirmación, sino que explica que hay constancia de presencia de ejemplares de oso pardo en la zona sur de Ponferrada desde, como mínimo, el año 2010, constatable incluso con subvenciones concedidas precisamente a apicultores por diversos ataques. 

La afirmación del presidente de los apicultores pudiera tener un fundamento en los casos de osos pardos que se habitúan a determinados comportamientos nocivos y son desplazados para tratar de deshabituarlos. Son los osos radiomarcados. Una práctica que en el caso de Castilla y León no solo se hace con este fin, sino también  para estudiar el comportamiento de los plantígrados con vista a mejorar la gestión de la población. En todo caso, fuentes de la Consejería de Medio Ambiente han dejado claro que el de Ponferrada no es un oso marcado -"sí así fuera ya hubiera sido localizado"- y han especificado también que los ejemplares con los que sigue este procedimiento vuelven a ser reintroducidos en el mismo entorno y nunca en un entorno diferente.

Desde la Fundación Oso Pardo ha preferido no valorar las declaraciones de Javier Morán y se han limitado a recordar que los ejemplares jóvenes de oso que están en dispersión -caso del oso visto en Ponferrada- recorren grandes distancias en busca de nuevos territorios y que en zonas tradicionalmente oseras como Laciana y el Alto Sil conviven no solo dos, sino más ejemplares machos.