El belén que calca la sociedad del Bierzo alcanza los 2.000 ‘clicks’
La ciudad de Playmobil de Roberto Oviedo ya tiene 40 m2 y se traslada a Estación Arte
Hay un Bierzo real y otro imaginario fruto del ingenio del ponferradino Roberto Oviedo, que cada año desde hace cinco dedica semanas a construir un belén de Playmobil que puede ser considerado el boceto del metaverso del Bierzo porque, aunque nada tenga de tecnológico ni virtual, sino todo lo contrario; sí refleja a la perfección la sociedad de la comarca, con sus negocios, sus principales reclamos y, sobre todo, su gente. Hasta 2.000 bercianos con nombre y apellidos —algunos que ya no están— figurarán este año en el belén de Oviedo. Son el doble de ‘clicks’ humanos que en la edición de 2021 y hay un centenar de empresas más (hasta 120) que han colaborado para formar parte de este particular homenaje a su tierra.
Tal es el éxito de la iniciativa que, en solo tres años, ha pasado del salón de la casa de su creador a Estación Arte. Sí, en el espacio cultural anexo al Museo del Ferrocarril de Ponferrada podrá visitarse este año la recreación, a partir del 16 de diciembre y hasta el 8 de enero. Siempre de manera gratuita.
Dos avenidas de catorce metros con un gran estadio del Toralín en el centro vertebran una ciudad de Playmobil de unos 40 metros cuadrados. Y por no faltar no falta ni siquiera lo que no hay en la vida real, como el AVE. La alta velocidad no ha llegado a la comarca, pero por el belén de Oviedo si correrá un tren que, precisamente, reivindica la necesidad de dotar al Bierzo de las infraestructuras que necesita para evitar la asfixia por aislamiento.
El Campus Universitario de Ponferrada, la Basílica de la Encina, la plaza de Lazúrtegui, una representación del Bierzo agrario, un tren de la vieja MSP cargado de carbón en homenaje a la minería y decenas de negocios y empresas reales de todo tipo conforman el belén de Playmobil. Esto y mucho más, porque el recuento lleva tanto tiempo como el que Roberto Oviedo dedica a la labor. Entre seis y siete horas diarias invierte en el proyecto desde el pasado mes de agosto.
Suele hacer a unas 200 personas al día, respetando sus rasgos y tratando de reflejar su personalidad; porque él los conoce a prácticamente todos. «Hay que intentar hacer guiños a la identidad de cada uno y eso lleva su tiempo. A la gente le gusta verse y reconocerse», asegura Oviedo. Y si por lo que fuera hubiera dudas, cada ‘click’ sostiene una pancarta con su nombre y apellido. Así, no hay pérdida.
Los tiene, los compra o se los regalan. Así consigue los juguetes y él no obtiene ningún rédito económico. Quienes quieren estar aportan los ‘clicks’ o el dinero necesario para su compra, nada más. Lógicamente, sin patrocinio esta iniciativa sería imposible dada la envergadura adquirida. ¿El límite? No hay limite. Al menos eso asegura Oviedo, que ya mira al edificio de al lado, al propio Museo del Ferrocarril para la edición de 2023.
«De momento no tengo límites. Esto durará hasta que la gente quiera. Lo bonito es que cada año seamos más, aunque es verdad que tengo que decirle que no a muchas personas porque no puedo abarcar más. Lo único que tengo claro es que siempre va a ser gratis la entrada, que nunca le voy a cobrar a nadie por estar y que nadie es más que nadie en el belén. Todos somos iguales», aseguró Roberto Oviedo.