El meteorito berciano cayó en Galicia

No cayó en el Bierzo, pero cerca. De su paso quedó constancia en las instalaciones de Onda Bierzo en el monte Pajariel. Allí, una cámara de seguridad inmortalizó su estela en mitad de la noche el pasado 18 de enero de 2021.

Mucho se escribió de aquel meteroide y más se va a escribir después de que el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) haya hecho público que los restos de aquella bola de fuego se han localizado en Galicia, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Lugo. Hasta tiene nombre, Traspena.

El meteorito ha quedado catalogado como SPMN180121 por un equipo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, liderado por Manuel Andrade, que ha trabajado en colaboración con tres centros del CSIC –el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), Geociencias Barcelona (GEO3BCN) y el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)–. El estudio, aceptado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, partió del análisis de los vídeos recopilados en el marco de la Red de Investigación sobre Bólidos y meteoritos, tanto de cuatro estaciones pertenecientes a ese proyecto de investigación como de otros once aportados por testigos casuales, algunos bercianos.

Su estudio también es el resultado de una amplia investigación con varios puntos de partida. El meteoroide original tenía un diámetro de aproximadamente 1,15 metros y una masa de alrededor de 2.620 kilos, por lo que técnicamente era un pequeño asteroide, explican desde el CSIC. Dos meses después de que la bola de fuego atravesara el cielo y en plena campaña de recuperación de la USC, un agricultor localizó el meteorito llamado Traspena, una condrita ordinaria de 527 gramos, que ya ha sido nombrada oficialmente por la Meteoritical Society, según acaba de desvelarse por el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

La Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, que realiza el seguimiento de grandes bólidos caídos en España desde 2003 y que está coordinada por el astrofísico Josep M. Trigo, facilitó a los investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela los vídeos captados y recopilados de diversos testigos de la bola de fuego para poder emprender su estudio astrométrico en pro de calcular la trayectoria.

A lo largo de ese proceso, desde el Instituto de Ciencias del Espacio, Josep M. Trigo Rodríguez y Eloy Peña Asensio contribuyeron al análisis astrométrico de parte del material audiovisual obtenido y, además, realizaron una corroboración independiente de la órbita heliocéntrica de Traspena con el software 3D-FireTOC, desarrollado en el mismo centro. Además, también se realizó una caracterización petrográfica de la roca, identificada finalmente como una condrita ordinaria L5.

Otra caracterización mineralógica fue realizada en el Servicio de Difracción de Rayos X del instituto Geociencias Barcelona, dirigido por el científico de materiales Jordi Ibáñez-Insa, estrecho colaborador de Trigo en los últimos años, lo que permitió complementar el estudio petrográfico del asteroide.

«La difracción de rayos X proporcionó información estructural y composicional muy valiosa sobre los minerales mayoritarios del meteorito. Los resultados obtenidos presentan un excelente acuerdo con los microanálisis realizados para su caracterización petrológica. Esto no es baladí, ya que la difracción proporciona información sobre un promedio macroscópico del meteorito, mientras los microanálisis sólo permiten estudiar unos pocos granos minerales», añade Jordi Ibáñez-Insa.

Por otro lado, desde el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Javier García Guinea se ocupó de los análisis geoquímicos y petrográficos. Durante el verano de 2021 realizó análisis no destructivos del fragmento de 527 gramos para determinar la densidad aparente, la densidad interna y la morfología por micro-tomografía computerizada de rayos X, explica este investigador del CSIC, que fue el primero en acceder al interior de la roca.