«Es un capricho del alcalde», insiste la alcaldesa pedánea

El derribo de las antiguas escuelas de San Miguel está generando posturas enfrentadas en San Miguel, donde la Junta Vecinal aglutina el descontento de los vecinos que no entienden que se tenga que destruir unos edificios que bien podría tener un uso social y cultural. De hecho, la pedánea ha lamentado que el proyecto de 1,5 millones de euros para rehabilitar las escuelas que la Junta de Castilla y León estaba dispuesta a financiar quedará descartado el pasado año por la negativa municipal, afirma Ana Beatriz Marcos, que ya ha calificado de «despropósito y despilfarro» una obra que en su opinión «es un capricho del alcalde». Marcos insiste en que los terrenos cedidos por la Junta Vecinal para la construcción de las escuelas en 1960 deberían haber revertido a la pedanía. El alcalde, por el contrario, recalca que los terrenos revierten legalmente al Ayuntamiento agotado el uso educativo.