PROYECTO DE RESTAURACIÓN
Candín recupera en Tejedo una herrería más grande que la de Compludo
El alcalde espera ponerla en funcionamiento en agosto con una inversión de más de 150.000€
Sin ánimo de ofender y crear recelos innecesarios, el alcalde de Candín, José Antonio Cachón, comienza este año con el proyecto de la restauración y puesta en funcionamiento de la centenaria herrería de Tejedo, que dice «es más grande» que la histórica y turística herrería de Compludo (Ponferrada). El Ayuntamiento —que sigue trabajando para cambiar el nombre de Candín por el de Ancarés— acaba de aprobar en Pleno el pliego de condiciones para sacar a concurso la obra final de la herrería de Tejedo, que ya cuenta con más de 150.000 euros de ayuda pública, entre la que se encuentra la Diputación de León.
El plazo de ejecución de los trabajos tiene previsto que se terminen este verano, hacia el mes de agosto de 2023, fecha en la que desde el Ayuntamiento de Candín confían en que la herrería pueda volver a funcionar con todos los artilugios y mecanismos de esta arqueología industrial, que usaba el agua, fuelles y el gran mazo de madera para dar forma al hierro fundido con fuego a altas temperaturas.
José Antonio Cachón, con ayuda de historiadores, ha ido recopilando datos. Explica que ya desde la Edad Media se menciona en el valle de Ancares actividades metalúrgicas. Concretamente, en el 1172 el Obispado de Astorga cede a su iglesia y a los canónigos de la misma el denominado «diezmo del hierro de Ancares», «lo que corrobora con anterioridad a esa fecha la existencia del término Ancares y la actividades metalúrgicas en el territorio».
Todo comenzó en 1788
Los trámites para la construcción de la herrería de Tejedo de Ancares —conocida como A Ferreira— se inician en el verano de 1788. Es con la solicitud de un permiso a los Concejos de Pereda y Tejedo, y con la creación de una sociedad para su explotación.
La sociedad la constituyen Bernardo y Gerónimo Rodríguez, hermanos y vecinos de Pereda, aunque residían en la villa de Ferrol, dedicados a actividades comerciales como otros muchos ancareses de la época. También Francisco Abella, vecino de Tejedo, lugar en el que residía, aunque ligado igualmente a Ferrol como apoderado en Ancares de Juan Soler y Compañía, «vecino y del comercio en la plaza del Ferrol».
Los días 14 y 16 de agosto de 1788 los vecinos de los pueblos de Tejedo y Pereda reunidos en concejo dieron el consentimiento expreso para la construcción de la citada herrería. Fijaron un canon anual de dos quintales de hierro y 400 reales para cada uno de los dos concejos. El permiso incluye la donación de toda la piedra, agua, vena de hierro, y leña necesaria para su funcionamiento con condiciones.
El 25 de agosto de 1788 se formaliza el acuerdo para la constitución de la Compañía y la posterior construcción de la herrería. Los hermano Bernardo y Gerónimo Rodríguez ponían el dinero y Francisco Abella un prado a orillas de río Ancares, denominado El Carrizal, valorado en 21.000 reales, en el que se levantaría la herrería.
Cuenta la larga historia que recopiló Cachón que la herrería fue vendida en 1859 a la muerte violenta de Juan Francisco de Ribadeneira. Engañado y traicionado por su amante fue asesinado en lo alto del prado de la herrería por tres vecinos de Tejedo, por negarse a dejar pasar una acequia de riego (presa de las Tercias) por una finca de su propiedad (prado de la herrería).
En el Nomenclátor de 1867 aparece como dueño de la herrería de Tejedo que ahora se recupera Don Benigno del Valle, propietario también de las herrerías de San Vitul y Velincarro.