... para abrir el Cine Gago en Bembibre

Ramiro Gago murió en Bembibre, al poco de regresar de Ushuaia con la mayor parte de su familia. Y Leopoldo, el niño de 13 años que le había acompañado en 1913 convertido ya en un hombre hecho y derecho de 32 o 33 años invirtió bien el dinero que se habían traído de Argentina y construyó una fábrica de luz en el río Boeza, dentro del término municipal de Folgoso de la Ribera.

Después de la guerra, Leopoldo vendió el salto de agua a la empresa Eléctricas Leonesas y se quedó como gerente. Pero el antiguo fotógrafo de Tierra del Fuego era ambicioso y aún pidió un crédito de 150.000 pesetas de la época para abrir en 1948 el que durante treinta años sería el Cine Gago de Bembibre. El cine, cuenta Manuel Fernández, era entonces un negocio boyante en Bembibre.

A la muerte de Leopoldo en 1976 su hermano pequeño Juan se hizo cargo de la sala. Pero Juan, que solía pintar a mano, los carteles con la programación, también falleció muy pronto y en 1978 Leopoldo hijo cerró y vendió el cine, convertido en un negocio de otro tiempo. Donde antes se programaban espectáculos de kárate y se proyectaban imágenes en movimiento levantaron un edificio de viviendas.