LA CIUDAD DE LOS PÁJAROS
Así acabó Ponferrada con más de 250.000 estorninos del Parque del Plantío
La Concejalía de Salubridad Animal prepara otro contrato de 30.000 euros para cazar y ahuyentar a las aves más molestas
Un cuarto de millón de estorninos que habían elegido el parque del Plantío de Ponferrada como su hogar han tenido que emigrar a arboledas más acogedoras lejos de la ciudad. Es la cifra de aves molestas —el canto de estos pájaros es un tortura para los vecinos— ahuyentadas por el Servicio de Control de Aves de la Concejalía de Salubridad Animal del Ayuntamiento de Ponferrada durante la campaña que concluye a finales del año pasado y que dejó un balance de casi medio millón de estorninos asustados por la suelta de aves rapaces o el sonido de alarmas móviles, además de 964 palomas capturadas para ser trasladadas también a lugares alejados de la zona urbana donde tengan agua y alimento.
La población de estorninos casi multiplicaba por ocho el año pasado a la de personas en Ponferrada, según los datos facilitados por la empresa adjudicataria del contrato anual que ya ha concluido su labor, Locus Avis. Solo en el parque del Plantío, los técnicos de Locus Avis han llegado a expulsar a más de 250.000 ejemplares. Pero otros lugares de la ciudad también estaban entre los favoritos de estas aves: no demasiado lejos del Plantío, en la avenida Ángel Pestaña y en el entorno de las piscinas municipales, el número de estorninos ahuyentados fue de cien mil. Otros 30.000 en el Parque de la Concordia y el paseo fluvial del Sil y 20.000 en el Parque del Oeste.
Los lectores y estudiantes que buscaban silencio en la Biblioteca Municipal también tenían que aguantar el canto de los estorninos. En esa zona donde también se alzan los juzgados y la Comisaría de la Policía Nacional, los operarios han expulsado, según el balance solicitado por este periódico, hasta 115.000 estorninos. Locus Avis estima que a mediados de diciembre, la presencia detecada de estorninos en Ponferrada rondaba los 30.000 ejemplares.
Pero no ha sido los únicos pájaros molestos sobre los que Locus Avis ha actuado en 44 jornadas de trabajo Las palomas que aflojan el vientre sobre los paneles solares instalados por las comunidades de vecinos y reducen el autoconsumo eléctrico —porque ‘tapizan’ las células fotovoltáicas— o se enseñorean de las plazas donde hay terrazas hosteleras, han sido otro problema que ha abordado el servicio dependiente de la Concejalía. Así es como el año pasado capturaron 964 ejemplares.
No es fácil. Y sobre todo, no es rápido capturar una bandada de palomas. Para encerrarlas en una jaula-trampa, o enredarlas un red, hace falta paciencia, cuentan desde el área de la Concejalía. Las palomas desconfían de aquellos lugares donde la bandada ha perdido algún ejemplar porque sospechan que en ese punto negro les aguarda un depredador y lo esquivan. Así que los operarios de Locus Avis tienen que ‘sembrar’ con alimento primero aquellos lugares donde suelen posarse; desde la plaza de la Encina o el parque del Plantío a los campanarios de templos como la iglesia de San Pedro en La Puebla, o la zona próxima a la Plaza de Abastos los días de mercado. Primero dejan maíz y después trigo que obliga a las palomas agruparse para picotearlo.
Tienen las aves que acostumbrarse a la presencia humana, además, explican desde la Concejalía, para que al final sea más fácil enredarlas o enjaularlas. Y hay que acertar a la primera, porque una vez que se asustan, las palomas evitan el lugar. Un paloma señuelo en la jaula, cuentan en Locus Avis, ayuda mucho.
Las palomas suelen posarse en aquellos lugares donde las alimentan. Por eso los parques, donde más de un jubilado les echa migas de pan, o las mesas de las terrazas en lugares como la plaza del Ayuntamiento o la plaza de Fernando Miranda, viene sufriendo la superpoblación de palomas que invaden incluso las mesas de los clientes. Las palomas capturadas, en cualquier caso, deben soltarse lejos de la ciudad, pero en un lugar donde tengan agua y alimento garantizado. Es lo que pide la Concejalía. Y ese será uno de los puntos importantes en el pliego de condiciones para adjudicar de nuevo el servicio.
Agotado el contrato anual para cazar palomas que luego se sueltan lejos de las zonas urbanas, y para ahuyentar con aves de presa y con sonidos a los tenaces estorninos, la Concejalía del área de Salubridad Animal ya tiene reservada una partida de 30.000 euros para sacar a licitación el Servicio de Control de Aves durante el año 2023.
Los resultados de años anteriores avalan su continuidad, según el área que dirige el bercianista Jesús López. El reto, que los estorninos que se dejan caer sobre los parques de Ponferrada no vuelvan a superar de esa forma a la población humana. De lo contrario, a la antigua Ciudad del Dólar habría que llamarla ahora la Ciudad de los Pájaros.