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Condenado a once años de cárcel por 22 abusos sexuales a su sobrina, menor de edad

El acusado, de nacionalidad española, tiene 43 años de edad

Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de León. RAMIRO

León

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La Audiencia Provincial ha condenado a una pena de once años de prisión a un berciano acusado de un delito de abusos sexuales sobre su sobrina después de que se constataran al menos 22 episodios.

Resulta probado que el acusado, de nacionalidad española, 43 años de edad, en la época de los hechos y con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, es tío, por parte de madre, de la menor, de entre seis y doce años de edad en el momento de los hechos.

Entre el año 2014 y los meses de noviembre o diciembre del año 2020, es decir, cuando la víctima tenía entre seis y doce años de edad, el condenado de forma intencionada, continuada y con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, sin utilizar la fuerza ni mediar violencia o intimidación, mantuvo regularmente, aunque de forma discontinua, contactos de carácter sexual con su sobrina la víctima, llegando en ocasiones a tener una periodicidad semanal o mensual y, si bien hubo periodos en que no existió ningún contacto, como por ejemplo durante la situación de pandemia, al menos se produjeron contactos sexuales de forma efectiva en veintiuna o veintidós ocasiones.

Las circunstancias familiares, así como el hecho de que la víctima fuese frecuentemente al domicilio de la abuela materna, con la que convivía el condenado, permitían a éste un fácil acceso y contacto con su sobrina, así como perfecto conocimiento de la edad que tenía la menor.

El condenado aprovechaba las ocasiones en que la víctima acudía al domicilio de la abuela materna y los momentos en que ésta no estaba ni había ningún otro familiar, para convencer a la niña a que fuese hasta su habitación, empleando en ocasiones notas de contenido explicito, en las que le ponía que «si le podía tocar sus partes íntimas le daba lo que quería» y, en otras escribió textualmente, «si le dejaba tocarle el coño».

Así, con carácter continuado y con la frecuencia temporal indicada, el condenado , aprovechando los momentos en que se quedaba a solas con la víctima y, con la intención de satisfacer su deseo sexual, realizó reiteradamente actos de naturaleza sexual. Cuando se encontraban en la habitación, el condenado se despojaba de su ropa de cintura para abajo y la tumbaba en la cama y, unas veces, por encima de la ropa y en otras ocasiones sin ropa -ya que le quitaba el pantalón o la falda que ella pudiera llevar o, incluso, toda la ropa, incluida la ropa interior-, empezaba a tocarle las piernas y luego ponía su mano en la vagina.

A veces, el condenado le ponía vídeos pornográficos y le decía a la niña «que tenía que hacer lo mismo». También el condenado le enviaba audios en los que le decía «que era su sobrina favorita, que le ponía y que si fuera más mayor o ambos tuvieran la misma edad serían pareja» Además le decía a la víctima que esos actos eran su secreto y que no se podía contar nada, pues iría a la cárcel si trascendían.

La última vez que el condenado tuvo contactos o relaciones de tipo sexual con la víctima, a finales de 2020, la niña le dijo expresamente que no quería seguir con ello. En el año 2021 el condenado volvió a enviar a la niña diversos audios por WhatsApp.

El condenado fue detenido el 9 de agosto de 2021 y, por auto de fecha 10 de agosto de 2021 dictado por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 7 de Ponferrada se decretó su prisión provisional comunicada y sin fianza.

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