Promonumenta nunca olvida a la aldea devorada por el carbón
La asociación que vela por el patrimonio histórico convoca para el 22 de abril una nueva jornada de limpieza en las ruinas de Santibáñez de Montes
A Santibáñez de Montes lo devoró el carbón y lo borró del mapa el abandono, hasta convertirlo en un pueblo fantasma. Pero las minas han cerrado, el cielo abierto que convirtió la aldea en una ruina hace muchos años que no se explota, y los antiguos vecinos lo siguen teniendo en la memoria.
Así que no es extraño que la asociación Promonumenta, que el pasado verano ya despejó de maleza las ruinas —apenas se sostienen dos esquinas de la iglesia— haya organizado para el próximo 22 de abril una segunda hacendera en la aldea borrada, que dejó de existir como entidad legal por decisión del Pleno de Torre hace casi tres lustros.
Los voluntarios volverán a desembarcar en los restos de Santibáñez, que tenía la mina de carbón a las puertas de casa, con sus motosierras y sus azadas para limpiar de nuevo un lugar que se ha ganado un hueco en la memoria popular del Bierzo Alto desde que se supo que los hijos de Manuel Moreno Viloria, antigua habitante de la población emigrado a Baracaldo, habían depositado en el cementerio vacío del pueblo una parte de sus cenizas. La otra reposan en Turienzo Castañero.
También al rescate de la memoria de Santibáñez ha salido en los últimos años la pedanía vecina de Santa Marina de Torre, donde han ‘trasplantado’ en su iglesia el arco del templo en ruinas de la aldea borrada.
La jornada del 11 de abril que organiza Promonumenta incluye una comida ‘posterior al trabajo en el albergue de cazadores de Montealegre y una vista, por la tarde, a la sede de la Fundación Cultura Minera en Torre del Bierzo.
Revista de la asociación
Antes de la hacendera, Promonumenta tiene previsto presentar el próximo sábado 11 de marzo a las 11.00 horas en la Sala de Armas del Conde de Lemos del Castillo de Ponferrada un nuevo número de su revista. Contarán para el director de los museos municipales de Ponferrada, Javier García Bueso.