Brindis Álvarez logró a finales de los sesenta conducir por Ponferrada uno de los automóviles americanos más grandes que circularon por las calles de la capital del Bierzo, un Studebaker Commander de 1938 y 10 plazas modificado por el torero al que se lo compró para viajar con toda su cuadrilla por los ruedos. Pero en Ponferrada circulan otros 'haigas' enormes como el Imperial de 1962 que ha restaurado el coleccionista Julio César Alonso Malvís.
Studebaker Commander de 1938 como el Brindis Álvarez logró comprarle de segunda mano a un torero de Salamanca y con el que circuló por Ponferrada a finales de los años cincuenta. El torero había alargado el auto americano para darle 10 plazas y viajar con toda su cuadrilla por los ruedos. Aquel coche mítico de la Ciudad del Dólar consumía 28 litros cada cien kilómetros y además del depósito de 100 litros hubo que colocarle otro en el techo de 58 litros porque no llegaba a las gasolineras. DL
Henry y Julio Álvarez, hijos de Brindis, posan a las puertas de Ponferrada junto un enorme Imperial, marca en la órbita de Chrysler, del año 1962, restaurado por el coleccionista local Julio César Alonso Malvís. L. DE LA MATA
Brindis Álvarez hacía la mili en los regulares de Marruecos a los 18 años cuando Franco se sublevó contra la República. Le tocó el bando rebelde, pero no llegó a pegar ni un solo tiro durante la guerra porque sabía escribir a máquina y era más útil en las oficinas. CORTESÍA FAMILIA ÁLVAREZ
Curiosa imagen de Rosario Fernández embarazada (en el centro) junto a la mujer de su primo Enrique, la norteamericana Olivia, en el Rockefeller Center de Manhattan en 1958. El 'cowboy de medianoche' se les arrimó, pero no iba con ellas. Olivia vive hoy en Villadepalos, de donde era su marido, enrolado en el Ejército estadounidense en la Guerra de Corea. CORTESÍA FAMILIA ÁLVAREZ
Los hermanos Álvarez, Henry y Julio, en otra imagen con el Imperial de color turquesa de Julio César Alonso. L. DE LA MATA
Un detalle muy americano del interior del Imperial. 'Dios bendiga América' dice la pegatina. L. DE LA MATA
Enorme volante del Imperial, un coche de 1962 con adelantos técnicos muy por encima de su época. L.DE LA MATA
Julio César Alonso ha restaurado con mimo el Imperial de 1962 con el que todavía circula por las carreteras del Bierzo y de vez en cuando por las calles de Ponferrada. L. DE LA MATA
Julio y Henry Álvarez junto un Chrysler Royal fabricado en Australia, y con el volante a la derecha, también propiedad de Julio César Alonso. L. DE LA MATA
Otra imagen de los hermanos Álvarez con el Imperial. Al fondo a la izquierda la inconfundible Torre de la Rosaleda. L. DE LA MATA