En Corullón renace estos días una leyenda, la de la mina del wólfram en la Peña del Seo, animada por la resurrección del poblado de La Piela que alojó durante cinco años (1953-1959) a los mineros de la explotación. El Ayuntamiento, con la financiación en buena parte del Instituto Leonés de Cultura, habilita un centro de visitantes que abrirá en el mes de septiembre.
Vista del poblado de la Piela en la ladera de la Peña del Seo, donde solo queda una casa con tejado de pizarra, con la mina del wólfram arriba a la derecha. Corullón invierte 300.000 euros, con fondos en su mayor parte de la Diputación, para resucitar las ruinas del wólfram. L. DE LA MATA
Los obreros de Drainsa, empresa local de la vecina Dragonte, han desescombrado y desbrozado el poblado, que alojó entre 1953 y 1958 a los mineros del wólfram antes de quedar abandonado. L. DE LA MATA
El centro de visitantes, polifuncional, permitirá reconstruir el edificio de lo que fue el antiguo cuartel de la Guardia Civil en el poblado. El wólfram, oro oscuro del Bierzo, llegó a ser un mineral muy codiciado. L. DE LA MATA
Los andamios ya ocupan la fachada del antiguo cuartel. L. DE LA MATA
El alcalde de Corullón, Luis Alberto Arias, muestra el interior de lo que será el futuro centro de visitantes. L. DE LA MATA
Otra imagen del interior del antiguo cuartel del poblado. L. DE LA MATA
El alcalde, en el exterior del futuro centro de visitantes, que contará con un tejado a cuatro aguas con paneles de un composite de aluminio fabricado por Stac en su factoría de Villadecanes que tendrá un efecto espejo y reflejará el perfil de la Peña del Seo. L. DE LA MATA
El alcalde y su hermano César se dirigen a la que fue la vivienda del vigilante del poblado, Jovino García, ya fallecido. L. DE LA MATA
La vivienda del vigilante es la mejor conservada. L. DE LA MATA
Vista de la Peña del Seo desde la vivienda del vigilante. L. DE LA MATA
El Ayuntamiento quiere acondicionar la vivienda del vigilante en una segunda fase de las obras para mostrar como vivían las familias de los mineros del wólfram. L. DE LA MATA
La calle principal, libre de maleza. Consolidar los muros de todos los pabellones de viviendas (las familias vivían en la primera y en la segunda planta y los solteros en los sótanos) es otro proyecto del Ayuntamiento de Corullón. L. DE LA MATA
Ruinas de otra vivienda del poblado. L. DE LA MATA
Exterior de la vivienda del guarda. L. DE LA MATA
Calle principal. Las piedras de la izquierda permitirán construir escolleras en breve en la camino que continúa hacia la mina de wólfram. L. DE LA MATA
Un senderista llega al poblado. L. DE LA MATA
Descenso por la calle principal. L. DE LA MATA
El depósito de agua del fondo es de un ganadero de Melezna que lleva su rebaño a la pradera donde termina el poblado. L. DE LA MATA
Así estaba el poblado en el año 2012. JESÚS F. SALVADORES
Jovino García, último vigilante del poblado de La Piela, posa en junio del año 2012 para el reportaje 'Lo que queda del wólfram', publicado en Diario de León. JESÚS F. SALVADORES
Otra imagen sin fechar, en torno al año 2010, del poblado del wólfram. DL
Jovino García, con su esposa y una enorme piedra de wólfram, en la cocina de su casa en Cadafresnas, en una imagen tomada para el reportaje de 2012. CARLOS FIDALGO
Luis García, hijo de Jovino, fue el primer niño que nació en el poblado de La Piela, donde posa en esta fotografía cuando los pabellones aún estaban habitados. Publicada por primera vez en Diario de León en 2012. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA
Luis García, de joven en los años sesenta, en el poblado de La Piela. Para entonces ya solo vivía su familia. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA
Celebración en el poblado, a mediados de los años cincuenta. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA
Trabajadores de la mina de wólfram que explotó la Compañía Minera Montañas del Sur. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA
Mujeres e hijos de mineros del wólfram. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA
Jovino García (derecha) con un amigo, en la mina del wólfram en la Peña del Seo en una imagen sin fechar. CORTESÍA DE LUIS GARCÍA