UN ECOSISTEMA ÚNICO
El reducto del Bierzo dolomítico que han alzado los Apóstoles
Los farallones de los Aquilianos comparten con las Peñas de Ferradillo el privilegio de una flora endémica que aumenta la singularidad berciana
«Conocer para conservar» es el lema del grupo de investigación Tacobi (Taxonomía y Conservación de al Biodiversidad) de la Universidad de León, que desde hace 20 años realiza un seguimiento de las especies vegetales endémicas amenazadas y protegidas que conviven en los farallones rocosos conocidos como Los Doce Apóstoles, la barrera de dolomías de los Montes Aquilianos que acaba de ser declarada por el Corredor Biológico Mundial como ‘Kilómetro cero’ de varias plantas en peligro de extinción.
Pero no es este el único lugar destacable por ser hábitat de un «riquísimo y exclusivo patrimonio natural», en palabras de la coordinadora del grupo Tacobi, Carmen Acedo. También las Peñas de Ferradillo (Priaranza del Bierzo) son un reducto.
«El Bierzo cuenta con algunas especies exclusivas o endémicas de un territorio muy restringido, muchas de ellas ligadas a afloramientos calcáreos que son ambientes muy raros en la comarca. Lo singular de Los Doce Apóstoles y de las Peñas de Ferradillo son las calizas dolomitizadas y que están en una determinada posición latitudinal y altitudinal, con unas características de sustrato», explicó Acedo.
Son, en definitiva, un lugar único (casi en el mundo) para las especies Geranium dolomiticum, Rhambus legionensis, Campanula adsurgens, Armeria rothmaleri y Leontodon farinosus. Todas ellas en serio peligro de extinción, como las denominadas ‘rompepiedras’ endémicas de las formaciones de Ferradillo, la Petrocoptis viscosa y la Petrocoptis grandiflora. Estas, junto a la Geranium dolomiticum son las más restringidas y exclusivas del Bierzo.
Es su excepcionalidad y la baja población lo que hace a estas especies únicas e impone la necesidad de protegerlas. El cambio climático es una seria amenaza para ejemplares que, como estos, viven en zonas de alta montaña. Desde luego, al mismo nivel está la acción humana y ahora también la de los aerogeneradores de los promotores eólicos que han puesto el ojo en la zona, fuera del perímetro de protección, eso sí, pero igualmente dañinos.
«Cualquier modificación drástica puede dar al traste con toda la población mundial de una especie. Un movimiento continuo del aire en una zona próxima puede afectar a los polinizadores y que lleguen todavía menos de los que están llegando», afirmó la investigadora de la Universidad de León.
Hay otras especies muy importantes para la conservación que viven en ambientes menos destacables, como la Gyrocaryum opossitifolium, «considerada una de las especies más amenazadas de toda la flora ibérica» y de la que solo hay «dos localidades conocidas actualmente. Una está en el Montearenas (Ponferrada) y la otra en la provincia de Madrid», explicó Carmen Acedo.
"Conocer para conservar" es el lema de Tacobi. El reconocimiento del Corredor Biológico Mundial subraya el valor del hábitat berciano en un marco internacional y crea conciencia, pero la protección «es cosa de las administraciones», incidió Acedo.